Extrovertida, sociable, luchadora y con un talento innato para la vela. Así definen a Támara Echegoyen todos los que la conocen y que han tenido la suerte de trabajar a su lado. La patrona formada en Vigo, en las escuelas del Real Club Náutico, nació en Ourense hace 28 años. Su familia se reside en Viascón (Pontevedra) pero sus primeras experiencias marítimas tienen sello olívico. Después de muchos años defendiendo los colores del Náutico, desde hace tres años regatea en el Liceo Casino de Vilagarcía, aunque según cuenta su mentor, Pablo Iglesias, "a Támara la quieren en todas partes. Navegó en Vigo mucho tiempo, pero también en el Liceo, en A Coruña, en Aguete... La conocen mucho y la quieren. Tiene muy buen carácter y todo el mundo habla muy bien de ella", explica.

En Vigo empezó en Optimist, Cadete y Vaurien bajo la tutela de Iglesias, que ayer por la tarde era uno de los primeros en hablar con ella tras sellar su pase a la final. "Estoy muy emocionado", confiesa Iglesias. "Sabía que iba a navegar mucho mejor de lo que venía navegando hasta ahora porque iba a competir sin presión. Claramente está donde se merece. El logro realmente era haber ido a Londres. Ése era realmente el objetivo. Conseguir la clasificación ya era algo grandioso. Ahora ya todo esto es superior", añade.

Tras cosechar tres campeonatos del mundo en la clase Vaurien (en 2001, 2002 y 2005) Echegoyen empezó a soñar en clave olímpica. Era su progresión natural. Precisamente, tras su título mundial de 2005, fue premiada como la mejor deportista del año en la Gran Gala do Deporte de Vigo e a súa Comarca. "Ya desde pequeña tenía una sensibilidad especial para navegar. Sobre todo la pasión que tenía por regatear, eso me llamó siempre la atención. Precisamente eso, más la fuerza de voluntad que tiene es lo que la lleva a conseguir esto. Se lo merece y se ha hecho justicia por todo lo que ha trabajado", dice su mentor.

Inició su camino hacia los Juegos de Pekín en la clase Láser, pero luego se pasó al 470. Se quedó a las puertas. Pero no se rindió. Enseguida puso en marcha un proyecto difícil, muy complicado, pero que la ha llevado a la gloria. "Al principio le pidió al Club Náutico un Platú 25 para salir a entrenar. Yo fui alguna vez con ellas en el barco", cuenta Iglesias. "Empezaron de cero y no tenían ni barco, no tenían nada. Cuando tomaron la decisión de pasarse al Match Race me pareció fantástico, pero vi que tenían un horizonte muy duro por delante", añade.

En los últimos tres años muchos fueron los regatistas que han puesto su granito de arena para ayudar a la viguesa a cumplir su sueño olímpico. Contó con la colaboración y asesoramiento de regatitas de la talla del mallorquín Manu Weiller o del olímpico portugués Álvaro Marinho.

El mallorquín habla a diario con el trío gallego-asturiano y empezó a trabajar con ellas hace unos dos años. Yo empecé porque me llamó Santi López Vázquez y yo era un poco el único que se dedicaba al match race en España. "Cuando tuvieron que decidir el equipo para preparar los Juegos me llamaron a mí, luego en el último año se incorporó Antonio Otero (que también es vigués) al trabajo", dice Weiller. "Lo que más me sorprendió de ellas era lo rápido que aprendían todo lo que se les enseñaba. Yo les enseñé todo lo que pude y las chicas han respondido muy bien". Aunque se muestra convencido de que Echegoyen puede lograr el oro, indica que "creo que más no se les puede pedir. Pase lo que pase en la final todo el mundo tiene que estar muy contento con lo que han conseguido. Támara ha sido capaz de demostrar todo lo que vale y tiene que estar muy contenta por eso", añade.

Otro de los ´asesores´ del ´Xiquitas Team´ es Álvaro Marinho, que se encuentra en Londres sumó ayer su cuarto diploma olímpico. El luso es un habitual en las regatas de Match Race de Baiona, donde conoció a la patrona viguesa. "Cuando Támara empezó a preparar su campaña olímpica me llamó para pedirme si podía entrenar con ellas". En un par de enfrentamientos ya se dio cuenta del talento que atesoraban. "Son muy competentes, trabajan mucho, se dedican mucho y han hecho un gran trabajo con su entrenador, Toni Otero. Estar en una final olímpica es algo que consigue muy poca gente y deben estar muy felices por eso", cuenta.

Ayer mismo Marinho pudo felicitar en persona a la viguesa. "Pase lo que pase en la final tiene que estar muy orgullosa. Ya se tienen que sentir como campeonas olímipicas", indica Marinho, que indica que "el trabajo y la dedicación" son dos de las características que mejor la definen.

El Liceo Casino de Vilagarcía vive otro día histórico

Cuatro años después de Pekín, donde Antón Paz conseguía un oro en la clase Tornado, el Liceo Casino vuelve a repetir la experiencia de que uno de sus integrantes consiga una medalla. En la entidad, que vive unos momentos un tanto convulsos, todo eran ayer caras de felicidad, comenzando por su presidente, Alfonso Saavedra, que no dudaba en felicitar a Támara Echegoyen y desear que "consiga el segundo oro para Vilagarcía y para este club". De todas formas, regresar con una plata no es un premio menor para el presidente ya que "el objetivo con el que se acudió a Londres está más que superado". Saavedra no se olvidó de reconocer la "calidad humana de Támara, una persona humilde y trabajadora, por eso esta medalla sabe muy bien". El último escollo hacia la medalla de oro lo va a vivir Saavedra en las instalaciones del Club de Mar de Vilagarcía, pertenec iente al Liceo Casino.

Otro de los que no ocultaba su satisfacción era el director deportivo de vela de la entidad, Emilio Patiño. "Es el premio a muchos años de esfuerzo y sacrificio", explicaba. Patiño recordaba ayer que la pontevedra Támara Echegoyen lleva navegando bajo la grímpola del Liceo Casino de Vilagarcía tan solo tres años, "tres años en los que ha estado preparando su participación olímpica" en las aguas de la ría de Arousa y en las instalaciones del Centro de Tecnificación de Vela de Vilagarcía.

A diferencia de lo que ocurrió hace cuatro años, el club no tiene previsto instalar una pantalla gigante para seguir la prueba que disputa hoy Echegoyen, ya que la mayor parte de los compañeros de la entidad se encuentran "compitiendo desde Sanxenxo hasta Italia, por eso nos va a resultar muy complicado festejar la medalla", explica Patiño. Pero eso no va a impedir que una nutrida representación de sus compañeros de vela acuda al aeropuerto para recibirla e incluso se baraja la posibilidad de solicitar la celebración de un acto oficial en el Concello de Vilagarcía.