La actriz madrileña Natalia Millán compagina trabajos teatrales con papeles en exitosas series de televisión. En estos momentos, prepara su aterrizaje en la juvenil 'Yo quisiera', mientras participa en la serie de moda, 'El Ministerio del Tiempo', donde encarna a la perversa Lola Mendieta.

¿Cómo vive este buen momento de la ficción televisiva, en España?

Con entusiasmo. Es estupendo que estemos disfrutando de una edad de oro en eso al menos. Aunque para todo lo demás no lo sea.

¿Cuál es el secreto?

Como industria, que ofrecemos buenos productos por costes mínimos comparados con las series americanas. Como concepto, que el público se identifica mucho más con nuestros personajes, a los que les pasan cosas que comprende en lugares que conoce.

Pero al principio de su carrera prefirió el teatro€

Crecí como intérprete en el escenario, y de alguna manera, creo que es mi lugar natural. Empecé a ir a castings de televisión para "ampliar horizontes" y me eligieron para participar en El súper. Desde entonces la tele me ha dado muchas alegrías.

¿A quién admira?

A muchísima gente, pero tengo un lugar especial para el director y coreógrafo Bob Fosse. Decidí dedicarme a esto después de haber visto All That Jazz.

¿Su personaje favorito?

Pues cada uno tiene lo suyo, pero elegiría a Porcia, de El mercader de Venecia. Es inteligente, astuta, noble, romántica€

¿Cree que se le da bien interpretar mujeres con carácter?

Se me dan y me las dan, o cuanto menos me las ofrecen. Por algo será€

¿Haciendo qué se lo pasa de maravilla?

Me gusta la paz; de hecho, busco cada vez más la tranquilidad. Y también disfruto cantando. Si no en un musical, porque no toca, pues por la casa, en la ducha. Me resulta tan natural como respirar.

¿Le echa teatro a lo de cantar en la ducha?

Bueno, al final, cantar es interpretar; mostrar tus sentimientos mediante el aire que pasa por tus cuerdas vocales y que es nuestro primer alimento. Te pone en contacto con tu yo más íntimo.

¿Qué banda sonora le pondría a una comida con amigos?

Una buena conversación.

¿Es de redes sociales?

No, pero porque no me da la vida. No sé de dónde se saca el tiempo para llevar al día Facebook y Twitter.

¿Cómo se lleva con esa versión de usted con la que convive ahora?

Muy bien. Estoy en un buen momento en el que el físico todavía acompaña. Las arrugas están ahí por algo; en tu cara está el mapa de tu vida, y a mí no me asusta tenerlas. Por lo demás, es estupendo ser mujer en este momento de la historia, la verdad.

¿Qué le gustaría que le esperase a la vuelta de la esquina?

Trabajo. Hoy en día, más que nunca, es un lujo, una alegría y una bendición. Trabajo en unas condiciones dignas, por supuesto.

¿Alguna reivindicación?

Que se eliminen de una vez las diferencias de salarios en función del género. Es una rémora del pasado que no viene a cuento de nada.