"La hija del Este", como le gusta ser calificada, vuelve a Pakistán gracias al apoyo del Oeste, pues ha sido la mediación de EEUU y Gran Bretaña la que ha posibilitado el acuerdo de reparto de poderes que alcanzó hace 13 días con el presidente paquistaní, Pervez Musharraf.

"Mi regreso a casa es un milagro", declaró Bhutto en el aeropuerto de Dubai antes de volar a Karachi, una ciudad que desde la madrugada celebraba el regreso a casa de la líder del Partido Popular de Pakistán (PPP), principal de la oposición.

"Mi viaje es el viaje de los 160 millones de habitantes de Pakistán", dijo, para añadir que su país se encuentra en una "encrucijada" entre la dictadura y la democracia y prometer que luchará por el bienestar de los pobres.

"Soy la líder de los pobres y viviré y moriré con ellos", aseguró la presidenta del PPP, a quien la amnistía concedida por Musharraf permite dejar atrás una larga serie de cargos por corrupción durante sus dos mandatos en el Gobierno (1988-90 y 1993-96).

Karachi se llenó de vehículos en los que seguidores del PPP acudieron a la capital financiera de Pakistán desde distintos puntos del país, aunque la bienvenida de hoy es un pálido reflejo de la que Bhutto recibió en 1986, cuando regresó de su primer periodo en el exilio.

Entonces, la hija de Zulfikar Ali Bhutto retornó desafiante a un Pakistán gobernado por el dictador Zia ul-Haq, quien había derrocado y ejecutado a su padre, además de mantenerla a ella durante años en prisión o arresto domiciliario antes de dejarla marchar.

Un millón de personas la acogieron entonces en Lahore (este), una bienvenida apoteósica que su partido ha intentado replicar ahora en Karachi, la ciudad que la vio nacer, capital de la provincia donde el PPP tiene su principal cantera de votos.

Distintas fuentes del PPP cifraron entre uno y dos millones el número de seguidores de Bhutto congregados hoy en Karachi.

Banderas con los colores rojo, blanco y verde del PPP y carteles con fotos de Bhutto engalanaron las calles de la ciudad y los accesos al aeropuerto, en el que el avión de la ex primera ministra aterrizó hacia las 13.45 horas locales (8.45 GMT).

La líder del PPP aún tardó una hora en salir del avión, en el que viajó acompañada de seguidores, periodistas y parte de su familia, aunque dejó en Dubai a su marido e hijas.

Bhutto se declaró "alegre y abrumada" por su vuelta a Karachi, donde el Gobierno había dispuesto férreas medidas de seguridad ante las amenazas de atentados vertidas por radicales del cinturón tribal paquistaní fronterizo con Afganistán.

Unos 20.000 agentes de las fuerzas de seguridad se desplegaron en la ciudad, el aeropuerto y la ruta entre éste y el mausoleo de Mohamed Ali Jinnah, el padre de la patria paquistaní, donde la líder opositora pronunciará su primer discurso.

Bhutto optó por subirse al techo abierto del vehículo blindado dispuesto por las autoridades, para proceder en lenta y festiva procesión hacia el mausoleo, ubicado a una veintena de kilómetros de distancia, y en el que se espera su llegada para la medianoche.

El retorno de Bhutto "abre un nuevo capítulo en la política paquistaní", afirmó el viceministro de Información, Tariq Azim, para defender que la amnistía concedida a la líder del PPP pone fin a una era de venganzas políticamente motivadas, aunque el Tribunal Supremo aún no se ha pronunciado sobre su constitucionalidad.

Azim dijo que, por el momento, no está planeado ningún encuentro entre Bhutto y el presidente Musharraf, aunque añadió que existen contactos regulares entre los distintos líderes políticos del país.