El presidente galo, Emmanuel Macron, pidió ayer en Berlín más "solidaridad" financiera en la zona euro, en el marco de su proyecto de refundación de Europa, pero sólo obtuvo una respuesta plena de reservas de la canciller Angela Merkel, presionada por su partido (la democristiana CDU) para no hacer concesiones que puedan acabar costando dinero al contribuyente alemán.

Berlín y París deben presentar en junio una hoja de ruta común para las reformas en la Europa posterior al "Brexit", de cara al Consejo Europeo de ese mes. El 19 de junio está previsto un consejo de ministros franco-alemán de preparación.

"En el plano económico y monetario, debemos articular mejor la responsabilidad y la solidaridad" entre Estados, declaró Macron en rueda de prensa conjunta con Merkel tras su encuentro. En opinión de París, no se trata de dar prioridad solamente a las medidas punitivas (como el control del déficit y la deuda), sino también a mecanismos de ayuda común y de apoyo al crecimiento.

Francia defiende en particular la creación de un presupuesto autónomo de la eurozona para apoyar las inversiones y el crecimiento, así como la instauración de un puesto de ministro de Finanzas de la zona.

Tras meses de discreción obligada por la crisis política en Alemania, Merkel, con su gobierno de coalición con los socialdemócratas recién estrenado, empezó a mostrar a las claras sus diferencias con Macron.

La canciller insistió en Berlín en la necesidad de que los gobiernos hagan "esfuerzos nacionales", ahorros presupuestarios y reformas para que sus economías se vuelvan más competitivas. "Estamos de acuerdo en que se necesita solidaridad en Europa, pero también es necesaria la competitividad", dijo.

Mientras, en Francia, más de cien mil personas -120.000 según el Gobierno, 300.000 para los sindicatos- protestaron contra la política de reformas en 133 movilizaciones en todo el país. En las protestas participaron ferroviarios, estudiantes y funcionarios. La movilización tuvo menos amplitud que la del pasado 22 de marzo, cuando salieron a la calle entre 300.000 personas y medio millón.