El régimen sirio reanudó ayer los intensos bombardeos aéreos contra Duma, el último bastión rebelde a las puertas de Damasco, y mató a setenta civiles. Al menos cuarenta de esas muertes fueron por asfixia, resultado de un ataque químico contra la ciudad , según informó la ONG Cascos Blancos, dedicada al rescate de víctimas en zonas bajo el control de la oposición.

La ONG, que mostró fotos de cadáveres, muchos de ellos de niños, agregó que cientos de personas resultaron afectadas por el ataque, y denunció la carencia de estructuras médicas en la ciudad

La agencia oficial siria, SANA, negó cualquier responsabilidad de las fuerzas sirias y aseguró que "las denuncias del uso de la sustancias químicas en Duma son un intento claro de impedir el progreso del Ejército", que hace dos días comenzó una ofensiva contra los rebeldes en la zona.

Después varios jornadas de calma, el régimen sirio reanudó el viernes los bombardeos contra Duma, tras el fracaso de las negociaciones con el grupo Yaish al Islam, la última facción rebelde que queda en Guta y que se resiste a abandonar la zona. El grupo tendría unos 10.000 combatientes, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH). El régimen de Bashar al Asad lanzó una ofensiva el 18 de febrero para reconquistar el último bastión rebelde en la periferia de la capital. La ofensiva y los acuerdos de evacuación de los rebeldes y civiles le permitió conquistar el 95 por ciento del territorio de Guta Oriental.