La UE y Reino Unido acuden con las ideas más o menos claras al Consejo Europeo de esta semana, en el que se abordará el estado actual de las negociaciones sobre el "Brexit". Los negociadores comunitario, Michel Barnier, y británico, David Davis, anunciaron ayer en Bruselas que han alcanzado un entendimiento sobre la mayor parte del Acuerdo de Retirada y sobre un periodo de transición de 21 meses tras el "Brexit", esto es, hasta finales de 2020.

El destino del borrador pactado ayer, que sigue manteniendo en sombras la cuestión de la frontera intrairlandesa, es someterlo al Consejo para que lo evalúe y emita las directrices oportunas sobre las negociaciones de la relación futura entre las dos partes, que deberían comenzar en abril.

Gibraltar también planea sobre el actual momento negociador, ya que mientras Davis se mostró convencido de que la transición se aplicará al Peñón, Barnier insistió en que la última palabra la tiene España. Madrid expresó su confianza en lograr un acuerdo con Londres antes de que se firme el texto definitivo sobre el "Brexit".

En esencia, la transición de 21 meses anunciada ayer significa que Londres renuncia a su pretensión de extenderla a dos años y acepta la exigencia de la UE de finalizarla el 31 de diciembre de 2020, fecha en la que expira el actual presupuesto comunitario. En ese periodo, Reino Unido seguirá en el mercado único y la unión aduanera, pero no participará en la toma de decisiones de la UE. En cuanto a la controvertida cuestión irlandesa, las abstrusas declaraciones de las partes dejan entrever que Londres ya no rechaza de plano la fórmula de Bruselas, esto es, que el Ulster permanezca en la unión aduanera, lo que desplazaría la frontera comercial al mar de Irlanda.

La ruptura del territorio británico que implicaría situar la "barrera" fuera de Irlanda se vería aminorada, sostuvo Davis, por la intención de Londres de que la relación futura se base en "lograr una asociación tan estrecha que no se requieran medidas específicas para Irlanda del Norte".