Más de dos millones de niños corren el riesgo de morir de hambre en la República Democrática del Congo (RDC) si no reciben la ayuda que necesitan, según advirtió ayer la ONU, en vísperas de una reunión de donantes que se celebrará la próxima semana.

El secretario general adjunto para Asuntos Humanitarios, Mark Lowcock, se verá con los donantes para analizar la grave situación en el país, en particular en su zona oriental y en regiones como Kasai, lastradas por la violencia entre diferentes grupos armados.

Una portavoz del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Bettina Luescher, fue quien cifró en más de dos millones los niños que se encuentran en una situación de malnutrición aguda, 300.000 de los cuales residen en la región de Kasai.

"Tenemos una gran responsabilidad en la RDC (...) y ahora es el momento de actuar", subrayó otro portavoz de Naciones Unidas, Jens Laerke, durante una comparecencia ante los medios en Ginebra.