Al menos mil niños han perdido la vida en lo que va de año, o sea, en 65 días, a consecuencia de la imparable guerra que continúa arrasando Siria, según datos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). La organización alerta en particular de la situación que se vive en el enclave rebelde de Guta Oriental, sitiado desde 2013 y atacado con especial furor por tierra y aire en las últimas semanas por fuerzas gubernamentales.

Unas 400.000 personas permanecen atrapadas en esta zona, situada a unos kilómetros de Damasco y asediada por las fuerzas leales al régimen del dictador Bashar al Asad. Los bombardeos, que se han intensificado en el último mes, han empujado a muchas familias a refugiarse en sótanos, en algunos de los cuales se hacinan hasta 200 personas. Un convoy de la ONU y Cruz Roja entró el lunes en Guta, pero lo hizo con menos material médico del deseado ya que parte fue incautado por Damasco.