El negociador de la UE para el "Brexit", Michel Barnier, presentará hoy, miércoles, el texto de la propuesta europea de retirada, que desarrolla los acuerdos alcanzados en diciembre pasado. Barnier calentó ayer la presentación informando en voz alta a Londres de que Bruselas rechaza de plano su petición de establecer un período de transición sin fecha límite tras la salida de Reino Unido del bloque, el 29 de marzo de 2019.

Para Bruselas, no solo la transición debe ser un periodo "corto y limitado en el tiempo" (hasta el 31 de diciembre de 2020, fecha de vencimiento del actual presupuesto plurianual), sino que ni siquiera es un hecho que vaya a haberla. Eso, resaltó Barnier, está aún por negociar entre las partes. "A Reino Unido le gustaría mantener una duración abierta, algo que por supuesto es imposible", indicó el diplomático europeo en una rueda de prensa en la que se quejó de la lentitud de las negociaciones, una característica que el Gobierno de la conservadora Theresa May ha imprimido al diálogo. En consecuencia, Barnier pidió a Londres que sea más clara en sus planteamientos.

La propuesta europea de divorcio que hoy hará pública Barnier tendrá 168 artículos y contendrá los términos ya pactados en diciembre en tres ámbitos: derechos de los comunitarios, factura británica y futura situación en la frontera interna de la isla de Irlanda. "El proyecto no contiene sorpresas", aseguró el negociador al referirse al texto, que ahora será discutido por los Veintisiete y la Eurocámara, antes de ser puesto sobre la mesa de diálogo con Londres.

El punto menos claro sigue siendo la frontera interna de Irlanda. En aras de la paz en la isla, tanto Londres como Dublín y Bruselas quieren evitar la vuelta a una frontera física que dificultaría el mantenimiento de los Acuerdos de Viernes Santo. Sin embargo, si Reino Unido sale del mercado único y de la unión aduanera, habrá que establecer algún tipo de frontera entre el Ulster y la República de Irlanda.

Barnier adelantó que la UE se ha inclinado por la opción de "la coherencia normativa", esto es, que los dos territorios en los que se divide la isla tengan la misma normativa comercial y que esta exigencia se incorpore como un protocolo adicional al Acuerdo de Retirada.

La UE y Reino Unido comenzarán a negociar en marzo el eventual periodo de transición para luego pasar a debatir la futura relación bilateral. El resultado final debe llegar antes de octubre para que después pueda ser refrendado por los parlamentos de los estados miembros.

Quien ayer volvió a advertir que no dará su refrendo es el Gobierno autónomo escocés. Su ministra principal, Nicola Sturgeon, aseguró que el Parlamento escocés "no suscribirá" la ley de retirada de la Unión Europea tal y como ha sido esbozada hasta la fecha por Londres. "No suscribiré algo que de manera efectiva socava la base principal que fundamenta la devolución" de competencias, base de la autonomía, declaró la también líder del Partido Nacional Escocés, a la cadena de radio pública BBC.