El régimen sirio mantuvo ayer los bombardeos sobre el enclave de Guta Oriental pese de la resolución votada la víspera por la ONU para establecer "cuanto antes" una tregua. Estos ataques dejaron más de 500 muertos en la última semana.

Ignorando la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, que impone un alto el fuego de un mes en Siria para permitir el abastecimiento de ayuda humanitaria y evacuar a los heridos, las fuerzas del régimen de Bashar Al Asad protagonizaron violentos enfrentamientos con los insurgentes de el bastión rebelde asediado, objeto de continuos bombardeos aéreos y disparos de artillería, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Irán, gran aliado del poder de Damasco, anunció también que continuará con la ofensiva contra grupos "terroristas" iniciada la semana pasada. La resolución de la ONU prevé excepciones al alto el fuego para los combates contra diversos grupos yihadistas. Estas salvedades pueden dar lugar a interpretaciones contradictorias dado que Damasco considera "terroristas" a todos los rebeldes. En Teherán, el jefe del estado mayor del ejército iraní, el general Mohamad Bagheri fue mostró categórico: "A las zonas de la periferia de Damasco que están en manos de [grupos] terroristas no les atañe el alto el fuego y las ofensivas y la limpieza del ejército sirio continuará".

Los bombardeos que han arrasado Guta Oriental son el preludio de una ofensiva terrestre para reconquistar el enclave de un centenar de kilómetros cuadrados, situado a las puertas de Damasco. Esta campaña del régimen, apoyado militarmente por Moscú, es de una violencia inusitada, incluso para un país arrasado desde 2011 por un conflicto que ha dejado ya unos 340.000 muertos.

Ocho civiles perdieron la vida ayer en estos ataques, según el OSDH, con lo que el balance total desde el comienzo de la operación asciende a 529 civiles muertos, 130 de ellos niños. En respuesta a los bombardeos, los insurgentes dispararon cohetes y obuses contra Damasco, provocando una veintena de muertos comienzos de semana, según medios oficiales.

El alto el fuego humanitario acordado por el Consejo de Seguridad de la ONU está resultando tan difícil de implantar como medidas similares anteriores, que no consiguieron el objetivo de llevar ayuda a la población civil.

El Papa Francisco llamó ayer a poner fin "de inmediato" a los continuos ataques a la población civil de Ghuta, que está siendo "martirizada". Ante miles de personas congregadas en la plaza de San Pedro, para la bendición semanal, el Pontífice dijo que "todo esto es inhumano" y subrayó que en estos días sus pensamientos son para la "amada y atormentada" Siria.