El Gobierno británico hizo público ayer su malestar por el proyecto de sanciones previstas por la UE para hacer frente a un eventual "juego desleal" de Londres en el periodo de transición que se iniciará tras la salida de Reino Unido, en marzo de 2019, y se extenderá hasta finales de 2020. El ministro británico para el "Brexit", David Davis, se encargó de expresar las quejas: "Yo no creo que publicar este documento en un lenguaje francamente descortés sea dar muestras de buena fe. Es de mala fe y poco juicioso publicar esto", declaró Davis.

El texto, redactado por la Comisión Europea y que requiere aún el visto bueno de los 27, prevé limitar las ventajas derivadas de la permanencia durante esos 21 meses de Reino Unido en el mercado único, en el caso de que Londres violara las condiciones del acuerdo de salida y el Tribunal de Justicia de la UE no pudiera ofrecer la respuesta "necesaria en un plazo apropiado". Se trata, pues, según Bruselas, de un mecanismo de intervención rápida.

La UE y Londres han acordado ya el grueso del divorcio, aunque quedan cuestiones por zanjar, la principal de ellas, la nebulosa frontera "blanda" que se pretende establecer entre las dos Irlandas. Los detalles del periodo de transición comenzarán a ser negociados dentro de poco, previsiblemente el próximo mes de marzo.

Acuerdo de retirada

Los dos elementos, divorcio y transición, formarán el Acuerdo de Retirada, que deberá ser trasladado a un texto legal y vinculante para su aprobación, a más tardar en octubre de este mismo año, según cálculos de Bruselas, para permitir su ratificación por todos los estados miembros antes de que se consume el "Brexit".

Según la propuesta de Bruselas, Reino Unido permanecerá en el mercado único durante la transición pero deberá acatar toda la normativa comunitaria, incluida la que se haya adoptado, ya sin el voto de Londres, después de marzo de 2019.