Los ciudadanos de la Unión Europea que lleguen al Reino Unido durante la fase de transición del "Brexit" no tendrán los mismos derechos que aquellos que ya residan en el país para esa fecha, advirtió ayer la primera ministra británica, Theresa May.

"Está bien que alcanzáramos un acuerdo para asegurar que (aquellos que llegaron antes del ´Brexit´) podrán continuar su vida. Pero para aquellos que lleguen después de marzo de 2019 será diferente, porque llegarán a un Reino Unido que saben está fuera de la UE", resumió May durante la visita oficial que realiza a China.

La "premier" se refería así a parte de la oferta presentada esta misma semana por la UE para negociar un periodo de transición que el bloque comunitario quiere que se prolongue solo hasta el 31 de diciembre de 2020, mientras que Londres prefiere que se extienda durante dos años completos, es decir, hasta marzo de 2021.

La Unión Europea adoptó esta semana sus líneas rojas para acordar el periodo de transición, durante el que Reino Unido conservaría el "status quo" de su membresía. Ello implicaría que el país deberá seguir cumpliendo con el acervo comunitario -incluidas las nuevas leyes que se aprueben entre tanto- y someterse al Tribunal de Justicia de la UE, aunque perderá su representación en las instituciones europeas y la voz en la toma de decisiones.

El portavoz de la Eurocámara para el "Brexit", el liberal belga Guy Verhofstadt, protestó airadamente. "Mantener los derechos de los ciudadanos europeos durante la transición no es negociable, no aceptaremos que haya dos tipos de derechos", advirtió. Y pese a situar las afirmaciones de May en el contexto de una "negociación interna" con su propio Gobierno, no ocultó que suponen una "amenaza" que aumentará de nuevo la incertidumbre sobre el "Brexit".