El Gobierno de Estados Unidos levantó ayer la restricción de entrada para los refugiados de 11 países, que considera de "alto riesgo", pero, a cambio, endureció las condiciones de admisión. Y lo hizo horas antes de que Donald Trump protagonizara en el Congreso su segundo discurso sobre el Estado de la Unión, el primero si se tiene en cuenta que el año pasado se dirigió a las Cámaras cuando no llevaba ni un mes en el cargo.

Se trata de los mismos once países que quedaron afectados en octubre por la revisión de la política de refugiados decidida por la Casa Blanca: Egipto, Irán, Irak, Libia, Malí, Corea del Norte, Somalia, Sudán del Sur, Sudán, Siria y Yemen. En el grupo figuran los siete países afectados por el primer veto islámico del magnate (Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen), del que luego quedó fuera Irak.

La decisión de Trump se produce en el contexto de las negociaciones que la Casa Blanca y el Congreso mantienen para evitar el cierre del Gobierno federal antes de que el próximo 8 de febrero venza la prórroga conseguida in extremis el pasado 23 de enero. Los demócratas exigen medidas amplias y generosas en inmigración, empezando por restablecer la protección para 690.000 "dreamers", a cambio de los 25.000 millones que Trump demanda para ampliar el muro con México. La semana pasada, en un gesto de buena voluntad, el Ejecutivo del magnate ofreció regularizar la situación de 1,8 millones de inmigrantes.

A la necesidad de pactar una reforma migratoria dedicó Trump anoche (madrugada de ayer en España) buena parte de su discurso ante el Congreso. Pero además de insistir en la urgencia de resolver esta cuestión, resaltó sus logros de 2017 -en especial la reforma del sistema tributario- y delineó los ejes fundamentales de su acción administrativa.

También llamó al Congreso a definir un ambicioso plan de inversión de 1,7 billones de dólares para reconstruir las infraestructuras del país en una década.

"Será un discurso importante. Durante muchos años hemos hablado mucho sobre inmigración pero hemos hecho poco", avanzó Trump el lunes. Su portavoz, Sarah Sanders, completó la idea: el discurso tendrá como tema principal la construcción de un país "seguro, fuerte y orgulloso".

Por otro lado, los demócratas del Senado bloquearon el lunes la apertura del debate sobre un controvertido proyecto de ley para prohibir el aborto pasadas las 20 semanas de embarazo.