Una ley adoptada por la Cámara Baja polaca que prevé penas de cárcel para quienes aludan a "campos polacos de la muerte" en lugar de calificarlos como "campos nazis de la muerte en Polonia", ha suscitado un profundo enfado en Israel, que acusa a Varsovia de negar el Holocausto.

El partido conservador nacionalista Derecho y Justicia (PiS) ha instaurado desde su llegada al poder, en octubre de 2015, una "política histórica" para despertar el patriotismo polaco.

Esta política busca exaltar las acciones de resistencia a la Alemania nazi, al régimen comunista, a los nacionalistas ucranianos o al Ejército Rojo, así como las acciones de polacos que arriesgaron sus vidas para salvar a judíos. Pero también impide difundir los episodios colaboracionistas, que Varsovia considera versiones de la historia injustas o hirientes.

Hasta ahora, esta política no había suscitado muchas críticas, solo algunos intercambios de acusaciones con Ucrania. Sin embargo, la tensión aumentó con la aprobación el pasado viernes de una ley sobre el exterminio de los judíos por los nazis, que en buena parte se perpetró en territorio de la Polonia ocupada por el Tercer Reich durante la II Guerra Mundial. Los conservadores del PiS quieren evitar que se atribuyan "a la nación o al Estado" polaco los crímenes de los nazis.

Pero el Gobierno de Israel ha interpretado parte del texto como un intento de negar la participación de polacos colaboracionistas en el Holocausto e incluso de impedir posibles demandas judiciales de supervivientes de las masacres contra esas personas. "No toleraremos que se deforme la verdad y se reescriba la Historia o que se niegue el Holocausto", advirtió ayer a las autoridades polacas el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.