El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se aprestaba ayer a celebrar hoy el primer aniversario de su llegada a la Casa Blanca bajo la amenaza de un cierre gubernamental. Aunque la Cámara de Representantes aprobó de madrugada una prórroga presupuestaria hasta el 16 de febrero, los senadores demócratas no parecían anoche dispuestos a seguir sus pasos. De hecho, el magnate, que tenía previsto pasar el fin de semana en su resort floridano de Mar-a-Lago, anuló a última hora el desplazamiento.

El Senado tenía hasta la medianoche local (seis de la mañana de hoy en España) para acordar la prórroga. De producirse un cierre gubernamental sería el primero desde 2013, cuando 800.000 funcionarios quedaron en paro durante dos semanas.

Trump admitió varias veces esta semana que "bien podría" ocurrir un cierre de la administración -que conlleva despidos de personal no imprescindible- por la falta de consenso para la prórroga presupuestaria. En su opinión, "el presupuesto debería gestionarse de forma muy diferente", ya que la amenaza de que la Administración tenga que parar su actividad se ha convertido ya en algo cíclico en EE UU.

Los republicanos, que dominan el Senado y la Cámara, quieren un presupuesto para 2018 que aumente el gasto militar, una promesa de campaña de Trump, que considera que las fuerzas armadas tienen equipamiento insuficiente después de más de 16 años de guerra ininterrumpida. Además, quieren una partida para empezar a financiar el muro prometido por Trump en la frontera con México.

Regularizar a los "dreamers"

A cambio de aceptar estas exigencias, los demócratas piden la regularización de los 800.000 "dreamers" (soñadores), jóvenes que ingresaron ilegalmente en EE UU cuando eran niños y que corren el riesgo de deportación después de que Trump derogara en septiembre del año pasado el programa de protección puesto en marcha por el expresidente Obama, que les otorgaba residencia temporal. Además, exigen que se prorrogue durante seis años el CHIP, un programa de salud del que se benefician miles de niños sin recursos. Esta última petición fue aceptada en la Cámara, pero es difícil que la regularización de los "dreamers" salga adelante.

Así las cosas, todo hace pensar que los 49 senadores demócratas -del total de cien- harán valer que se necesita una mayoría cualificada de 60 para dejar a Trump sin liquidez durante unas semanas. Será su manera de ir preparando las armas para el combate de las elecciones de mitad de mandato del próximo 6 de noviembre, en las que según las encuestas tienen muchas posibilidades de hacerse con el control de la Cámara de Representantes.