Un atropello múltiple registrado este jueves en el paseo marítimo de Avenida Atlántica de Copacabana, en la localidad brasileña de Río de Janeiro, ha dejado un bebé de ocho meses muerto y 17 de heridos, según informó las autoridades a la AFP.

"Una persona perdió el control de su vehículo, que acabó invadiendo el paseo de Copacabana atropellando al menos a 11 personas", afirmó un portavoz de la policía militar de la ciudad a la AFP, descartando la hipótesis de un atentado.

La Secretaría de Salud de Rio indicó más tarde que un bebé de nueve meses había fallecido en el hospital y elevó el balance de heridos a 17 personas, internadas en diferentes centros.

Tras el accidente, la policía detuvo al conductor mientras numerosas personas, entre ellas muchos turistas, aprovechaban el atardecer de un caluroso día del verano carioca para pasear por esta avenida de varios kilómetros en pleno periodo de vacaciones y a tan solo tres semanas del esperado carnaval de Rio.

"El conductor explicó en la comisaría que tuvo una crisis de epilepsia y se encontraron los medicamentos contra la epilepsia en el vehículo", dijo a la AFP el coronel Angeloti, de la comisaría de Copacabana, quien precisó que el detenido estaba siendo sometido a exámenes médicos.

"La investigación está ahora a cargo de la policía civil, pero no aparenta ser un ataque terrorista", añadió el coronel.

El auto negro, con los cristales y la parte frontal destrozada por la violencia del impacto, acabó su trayecto en la playa donde algunos heridos eran ya atendidos y otros evacuados en camillas por los servicios de emergencia, constató un fotógrafo de la AFP.

"Creímos que había fuego"

Roberto Miguel, un joven camarero que trabaja en un kiosco del paseo cerca del lugar del accidente, indicó haber visto varias personas con piernas rotas y a un hombre desmayarse.

"Los clientes que estaban sentados más cerca [de la calzada donde subió el auto] salieron corriendo. Vimos sillas volcadas, humo, creímos que había fuego", contó.

"El conductor trató de salir del coche pero la gente no le dejó. Se quedó en el interior hasta que llegó la policía. Ellos alejaron a la gente y pudo salir", añadió.

Empleados y clientes de ese mismo kiosco de playa acudieron a socorrer a los heridos mientras las ambulancias demoraban en llegar, describió otro testigo de la escena.