La Fiscalía de California ha acusado formalmente este jueves al matrimonio formado por David y Louise Turpin, que habría torturado durante años a sus 13 hijos hasta llevarles a un estado de desnutrición, actos por lo que podrían ser condenados a 94 años de cárcel e incluso a cadena perpetua.

El fiscal del condado de Riverside Mike Hestrin ha presentado más de una veintena de cargos contra cada uno de ellos que incluyen detención ilegal, abuso a menores -también abuso sexual- y tortura. "Hay casos que te persiguen, algunos porque muestran la depravación humana, y este es uno de ellos", explicó Hestrin.

Hestrin detalló que todos los hijos fueron sometidos a "abuso prolongado", que incluía palizas y estrangulamiento como forma de castigo. Además, no les permitían más de una ducha al año y nunca les llevaron a un odontólogo y muy pocas veces al médico. "Muchas veces no eran desencadenados para poder ir al baño", dijo el fiscal que añadió que "si los niños eran encontrados lavándose por encima de la muñeca eran acusados de jugar con agua y encadenados".

Cuando no estaban encadenados, se les encerraba en cuatros diferentes. No se les permitía tener juguetes, aunque las autoridades encontraron varios que nunca se habían abierto. Y pese a que el horror comenzó cuando vivían en la región de Fort Worth, Texas, "se intensificó con el tiempo y empeoró" cuando en 2014 se mudaron a California, donde vivían en un barrio de clase media de Perris. Empezaron como un caso de "negligencia severa" y derivaron en claros casos de "tortura", afirmó.

Los Turpin llegaron a encadenar a sus hijos a la cama y les privaron de alimentos y agua, así como de atención médica y educación. Por eso, todos los niños, con edades entre los dos y los 29 años, están hospitalizados por desnutrición y se teme que en algunos de ellos este estado haya afectado de forma irremediable a su desarrollo.

La Fiscalía busca ahora pruebas para apuntalar la acusación contra los Turpin. "Alguien debió ver algo", ha indicado Hestrin. Además, se les ha permitido a los niños escribir diarios que podrían constituir por sí mismos "pruebas sólidas" de los abusos sufridos.

Los menores fueron liberados porque una de las hijas, de 17 años, consiguió escapar por una ventana y llamar por teléfono a la Policía. Hestrin ha revelado que, de acuerdo con las primeras investigaciones, la joven llevaba trabajando en este plan dos años.