Un hombre de unos 60 años de edad murió ayer en un suburbio de la capital sueca, Estocolmo, al estallarle en la mano un artefacto, muy probablemente una granada, que había recogido del suelo junto a una boca de metro. La acompañante del hombre fallecido, una mujer de unos 45 años de edad, resultó levemente herida en la cara y en ambas piernas de resultas del trágico incidente. En principio, la policía sueca no privilegia la pista de un atentado de carácter terrorista.

La explosión se produjo hacia las once de la mañana en una plaza próxima a la entrada de la estación de metro Varby Gard, en la comuna de Huddinge, un barrio periférico residencial del sur de Estocolmo. El hombre resultó gravemente herido y, tras ser hospitalizado, sucumbió finalmente a los daños sufridos.

El propietario de un establecimiento próximo a la estación de metro, Abdullah Özmen, aseguró haber oído la explosión desde su tienda. "Cuando salimos vimos gente en el suelo" afectada por la potente onda expansiva, explicó a la agencia de noticias TT.

"Sospechamos que se trata de algún tipo de granada de mano", explicó Lars Alvarsjo, jefe de la policía del distrito sur de Estocolmo, a la cadena de televisión pública sueca SVT. El responsable policial manifestó que, "desgraciadamente", la Policía sueca ha tenido conocimiento de un incremento en el uso de granadas de mano por parte de grupos criminales del país nórdico.