| Angela Merkel reconoció ayer que el Gobierno cometió fallos en materia de seguridad y en la atención a las víctimas al hacer frente a su primer gran atentado yihadista, perpetrado hace un año en Berlín y que costó la vida a 12 personas. La canciller asumió sus errores y los de su Gobierno en una jornada gris y fría, cargada de actos conmemorativos (en la foto, una vigilia) junto al mercadillo navideño en el que irrumpió con un camión robado Anis Amri, un tunecino de 24 años que fue abatido por la policía italiana en Milán cuatro días después.