Casi un año después de su llegada a la Casa Blanca, el presidente de EE UU, Donald Trump, dio a conocer ayer la nueva estrategia de seguridad nacional del país, en la que destaca el énfasis puesto en preservar la paz mediante la fuerza y en reforzar las fronteras, así como el abandono de la lucha contra el cambio climático, que había sido entronizada por su predecesor, Barack Obama.

La administración Trump, favorable a un rearme considerable, detecta en la comunidad internacional "rivales poderosos" como Rusia y China, con quienes pretende buscar "colaboración", pero siempre en favor de los intereses de Washington. Los escenarios de confrontación con Rusia se centran en Ucrania y Georgia, mientras que la fricción con Pekín se produce en el mar de la China meridional. La inmigración y el yihadismo completan el panorama de grandes amenazas detectadas.

El equipo de Trump, en el que juegan un papel primordial los generales James Mattis (Defensa) y Horace McMaster (Consejero de Seguridad Nacional) identifica cuatro pilares de la estrategia: proteger la patria, promover la prosperidad de EE UU, preservar la paz con la fuerza e impulsar la influencia estadounidense.

Trump insistió, en un discurso, en que lo primero es reconocer "los errores del pasado para colocar a EE UU en el lugar que merece", y enfatizó la necesidad de "crear fronteras", "proteger la patria" e incluir un plan económico internacional que defienda también sus intereses.

"Nos defenderemos a nosotros mismos y a nuestro país como nunca antes lo hicimos", afirmó el mandatario. En cuanto a la capacidad influyente de Pekín y Moscú y otros actores internacionales, Trump aseguró que EE UU "desarrollará nuevas formas de enfrentarse a aquellos que usan los nuevos dominios, como el ciberespacio y las redes sociales, para atacar" al país y a su sociedad.

Trump insistió, además, en que "una nación sin fronteras no es una nación", "una nación que no protege la prosperidad dentro del país no puede proteger sus intereses en el extranjero" y "una nación que no está preparada para ganar una guerra es una nación que no es capaz de prevenir una guerra".

La Casa Blanca ha delineado su estrategia sobre la base del lema que el magnate reiteró durante su campaña electoral, "Primero Estados Unidos", aunque Trump matizó ayer que "Primero Estados Unidos no significa Estados Unidos solo o aislado".

Mientras resonaban los ecos de las proclamas estratégicas de Trump, seguían abriéndose paso en los medios de comunicación estadounidenses las informaciones que apuntan a un próximo relevo de Robert Mueller, el fiscal especial que investiga la llamada conexión rusa. Mueller ya ha imputado a cuatro personas y ronda muy de cerca al hijo mayor del magnate y a su yerno.

Sin embargo, Trump volvió a la carga con sus desmentidos para negar que esté pensando en despedir a Mueller, nombrado para el cargo por el Fiscal General. No obstante, mostró su malestar por la supuesta obtención irregular de correos electrónicos de su equipo de transición por parte del fiscal.