El nacionalismo corso se situó ayer en posición privilegiada para refrendar el poder alcanzado por primera vez en diciembre de 2015, tras arrasar en la primera vuelta de las elecciones regionales de Córcega con el 45,36% de los votos. Los nacionalistas pretenden conseguir un estatuto de plena autonomía -desconocido en la historia de Francia- en los próximos tres años para lograr su aplicación durante los próximos diez.