La canciller alemana y líder de la conservadora CDU, Angela Merkel, se mostró ayer categóricamente en contra de celebrar nuevas elecciones para salir de la crisis abierta por el fracaso, el pasado domingo, de las negociaciones con Verdes, liberales y el partido hermano de la CDU en Baviera, la CSU, para formar gobierno.

La negativa de la dirigente cristiano-demócrata a repetir los comicios llega sólo un día después de que el líder del Partido Socialdemócrata (SPD), Martin Schulz, abriese la puerta, si bien muy tímidamente, a reeditar la gran coalición junto a Merkel.

Durante un acto de la CDU en el Estado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, en el norte del país, la mandataria se declaró abiertamente en contra "de pedir a la gente que vaya a votar de nuevo". "Los políticos han recibido el mandato de los votantes para formar un gobierno". Y punto, le faltó decir ante un auditorio formado por unos 150 delegados de su partido.

Schulz anunció este viernes que consultará a las bases socialdemócratas si están dispuestas a sellar nuevamente, como socio menor, una alianza con el bloque conservador de Merkel, una opción a la que él venía negándose desde las elecciones del pasado 24 de septiembre.

Con este tímido avance, el incierto panorama político que se abrió en la primera economía europea el pasado domingo, cuando los liberales abandonaron por sorpresa las negociaciones para formar Gobierno con los conservadores y los Verdes, parece empezar a despejarse.

La próxima semana, a petición del presidente de Alemania, Schulz y Merkel se reunirán para abordar qué posibilidades reales hay para reanudar la gran coalición que ha gobernado el país en los últimos cuatro años. O, otra posibilidad, sellar un compromiso para que el SPD apoye desde los escaños de la oposición un gobierno en minoría de Merkel, una alternativa que no tiene precedentes en Alemania y a la que los analistas creen que la canciller sólo recurrirá si no le queda otra opción que el adelanto electoral.

De hecho, para dejar claro lo poca atractiva que le resulta esta última posibilidad, la canciller la descartó ante los delegados de su partido en Mecklemburgo-Pomerania Occidental.

Por su parte, en un discurso en el congreso de las Juventudes Socialdemócratas que arrancó el viernes en Saarbrücken, Schulz evidenció las dificultades que tiene para articular su actual posición entre las crecientes presiones internas y externas en todos los sentidos. "No aspiro a una gran coalición. No aspiro tampoco a un gobierno en minoría (...) Tampoco aspiro a nuevas elecciones", resumió.

Para quitarse presión de encima, el vicepresidente del SPD, Thorsten Schäfer-Gümbel, dijo que su partido sólo ha decidido abrir el diálogo, "ni más ni menos", y que "una conversación de ese tipo no desencadena nada automáticamente".