El primer ministro libanés, Saad Hariri, advirtió ayer al partido milicia chií Hezbolá, aliado de Irán, que no tolerará ningún tipo de comportamiento que pueda dañar los lazos entre el país y sus vecinos árabes. "No aceptaremos ninguna postura que pueda dañar a nuestros hermanos árabes o atente contra la seguridad y la estabilidad de sus países", dijo Hariri a través de su oficina.

Hezbolá avanzó esta semana que no tiene intención de amargar a Hariri su retorno a la jefatura del Gobierno tras revocar personalmente su propia dimisión. El portavoz parlamentario de Hezbolá, Mohamad Raad, dijo que el grupo está abierto a apoyar "todo lo que preserve la seguridad y la paz civil" y lo que ayude a recuperar la estabilidad.

"No estamos buscando la sedición. Estamos preservando la seguridad de nuestro pueblo y protegiendo nuestra soberanía mientras defendemos al país frente a nuestros enemigos", señaló Raad.