La Armada Argentina informó hoy que se está analizando una "anomalía hidroacústica" que se detectó hace una semana en la zona del Atlántico donde se reportó por última vez el submarino ARA San Juan, un "ruido" que fue registrado casi tres horas después de la última comunicación con la nave. Este hecho podría deberse a una explosión en los bancos de baterías del submarino, según informan hoy algunos medios sudamericanos.

El capitán de navío Enrique Balbi señaló a los medios en la sede central de la Armada, en Buenos Aires, que se recibió hoy un "indicio" que responde a una "anomalía hidroacústica" detectada "cerca de la última posición conocida" del submarino, el miércoles pasado en la zona del Golfo San Jorge, a 432 kilómetros de la costa de la Patagonia argentina.

"¿Pudo haber sido una explosión?" "No puedo hacer una conjetura, no tengo esa información", respondió Balbi a la pregunta de un periodista. "EE UU -uno de los 13 países que colaboran con la búsqueda del sumergible- solicitó (datos) a diferentes agencias que se dedican a juntar diferentes eventos hidroacústicos en todo el mundo", añadió.

Tras recolectar toda la información y hacer un "análisis exhaustivo" centralizado en Estados Unidos, ayer se recibió ese "indicio oficial" que corresponde al miércoles 15 de noviembre por la mañana, coincidente con el área de la última posición conocida del submarino.

Balbi recordó que hoy ya se habla de "una situación crítica y la preocupación cada vez va in crescendo", ya que se está concretando el día séptimo, "que es un día estadístico en cuanto a la capacidad de oxígeno".

"No queda mucho tiempo. ¡Que Dios les acompañe a ellos (los tripulantes del submarino) y al pueblo de Argentina!", dijo hoy, a través de Twitter, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien dio órdenes a sus fuerzas de ayudar a Argentina con la misión de búsqueda y rescate.

Mientras los expertos trabajan contrarreloj para aprovechar el buen tiempo en alta mar de hoy y que los pronósticos indican que desmejorará este jueves, en tierra crece la angustia por la incertidumbre sobre el destino de los 44 tripulantes del submarino.