La primera ministra británica, la conservadora Theresa May, ha decidido someter a la votación del Parlamento el acuerdo que alcance con Bruselas sobre la salida de Reino Unido de la UE ("Brexit"). Así lo anunció ayer el ministro británico que está a cargo del proceso, David Davis, quien precisó que la ley que se presente a los legisladores incluirá las eventuales condiciones de un periodo de transición.

El anuncio de Davis llegó menos de 24 horas después de que se difundiese la amenaza de 40 diputados conservadores de firmar una carta para pedir la renuncia de May, en desacuerdo con su modo de llevar las negociaciones del "Brexit". No es éste el único frente que tiene abierto May, ya que a la falta de avances en el diálogo con Bruselas, estancado desde septiembre, se une el escándalo de los supuestos casos de acoso sexual -que propició la renuncia del ministro de Defensa, Michael Fallon, el pasado día 1-, y la aún más reciente dimisión de la ministra de Cooperación Internacional, Priti Patel, por mantener reuniones no autorizadas con altos cargos del Gobierno israelí.

Los descontentos dispuestos a firmar -ocho menos de los necesarios para forzar una elección de nuevo líder del partido- vieron colmada su paciencia cuando, a finales de la pasada semana, Bruselas hizo saber que se está preparando para un escenario en el que Londres abandone la UE sin acuerdo.

Ya se da por hecho que el acuerdo sobre la primera fase de la negociación -las condiciones de la salida del Reino Unido- no estará maduro en diciembre, por lo que habrá que esperar a marzo para que el Consejo Europeo le dé su visto bueno. Los puntos clave de la primera fase son el estatuto de los comunitario, la factura británica y la frontera entre las dos partes de Irlanda. Hasta que no se dé por madura esa fase, Bruselas no está dispuesta a negociar el estatuto bilateral futuro.

La votación que anunció Davis será vinculante y permitirá introducir enmiendas al texto que se pacte con la UE. "El acuerdo solo se mantendrá si el Parlamento lo aprueba", afirmó el Ministro, en un claro intento de contener la marea de descontento en las filas conservadoras. El portavoz laborista para el "Brexit", Keir Starmer, estimó que el anuncio de Davis supone un "significativo repliegue por parte de un Gobierno al borde de la derrota". La posición de May es de extrema debilidad parlamentaria al perder la mayoría absoluta.