Pese a sus problemas con la justicia, el empresario Andrej Babis, líder de la populista Alianza de Ciudadanos Descontentos (ANO), se impuso ayer en las elecciones legislativas en la República Checa con su discurso antisistema y de aristas euroescépticas. El recuento, con el escrutinio casi al completo da a Babis el 29,7 por ciento de los votos, con lo que confirmaría la victoria que le auguraban los sondeos y obtendría 11 puntos más que en su estreno electoral de hace cuatro años, según informa Efe.

Hasta que fue destituido el pasado mayo, Babis ejerció de viceprimer ministro y responsable de Finanzas en el Ejecutivo de coalición integrado por ANO, el socialdemócrata CSSD y el democristiano KDU. Apoyado en una narrativa contra la corrupción, el euro, los inmigrantes y el resto de los partidos políticos, a los que acusa de mantener un sistema corrupto, Babis confirmó anoche el triunfo que le auguraban los sondeos. Pero él mismo está siendo investigado por supuesto uso fraudulento de fondos europeos y delito fiscal, y el pasado septiembre perdió su inmunidad parlamentaria.

El empresario, nacido en Bratislava (Eslovaquia) en 1954, hijo de un diplomático checoslovaco, se vende como un hombre que ha luchado contra obstáculos y trabas burocráticas de sus socios en la coalición, pero se atribuye decisiones populares como la subida de las pensiones durante su época al frente de Finanzas. Es padre de cuatro hijos y está casado en segundas nupcias con Monika Babisova, una mujer 20 años más joven que él

Cuando Babis lanzó su partido en 2011, el país estaba sumido en una serie de escándalos de corrupción que favorecieron la aparición de una formación protesta. Babis fue entre 1980 y 1989 militante del Partido Comunista de la entonces Checoslovaquia. Sus críticos dicen que sus buenos contactos con la elite del país le ayudaron, tras la caída del comunismo en 1989, a crear su imperio económico, que lo ha convertido en el segundo hombre más rico del país, con una fortuna estimada de 4.000 millones de euros. Controla un amplio conglomerado de empresas que dan empleo a unas 30.000 personas. Sus críticos aseguran que forma parte de la misma elite que dice combatir y lo comparan con el presidente de EE UU, Donald Trump.