Las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza liderada por milicias kurdas y apoyada por Estados Unidos, anunciaron ayer que han tomado el control total de la ciudad de Al Raqa, la "capital del califato" declarado en 2014 por el grupo yihadista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), tras más de cuatro meses de una ofensiva comenzada el pasado 6 de junio y que se habría cobrado más de 3.200 vidas, entre ellas las de 1.300 civiles. El ISIS habría sufrido unas 1.350 bajas mortales y los milicianos del FSD más de seiscientas.

El comunicado en el que las FSD anunciaron la expulsión del ISIS de Al Raqa no precisó más detalles y la coalición internacional liderada por Estados Unidos no confirmó la toma. No obstante, diversas fuentes de las milicias explicaron que los yihadistas habían quedado reducidos a un pequeño espacio del centro de la ciudad, donde se habían hecho fuertes en un hospital, tomado por los milicianos ayer de madrugada. Durante el día, los ocupantes completaron las labores de "peinado" para expulsar a grupos aislados y neutralizar a posibles francotiradores.

La derrota del ISIS en Al Raqa no implica el final de su presencia en Siria, aunque sea una victoria simbólica. El ISIS todavía domina áreas de la provincia de Deir al Zur y el este de la provincia de Homs, ambas vecinas de la región de Al Raqa. Los yihadistas están retrocediendo frente a las fuerzas gubernamentales sirias en Deir al Zur, donde las tropas de Damasco aseguran controlar ya el 92% de la ciudad de Deir al Zur, en el pasado el otro gran feudo sirio del ISIS junto a Al Raqa.

Mientras el yihadismo se ve cada vez más arrinconado en Siria, en Afganistán los talibanes hacen demostración de sus crecientes fuerzas, en espera de que EE UU lleve a cabo su anunciada contraofensiva con efectivos reforzados.

Los yihadistas afganos, expulsados del poder por EE UU en 2001, infligieron ayer uno de los más duros golpes del año al Gobierno de Kabul, al causar la muerte a 74 personas, 25 civiles y el resto policías, y herir a 168 en tres ataques simultáneos a sedes de la Policía y del Gobierno. Entre los muertos figura un general.

"Ha sido el mayor ataque de los talibanes en los últimos seis meses", afirmó en rueda de prensa en Kabul el viceministro de Interior afgano, Muradali Murad. Todos los ataques se iniciaron con la detonación de vehículos cargados de explosivos y continuaron con intensos tiroteos.