José Sócrates, primer ministro de Portugal entre 2005 y 2011, fue acusado formalmente por la Fiscalía de 31 delitos de corrupción pasiva, blanqueo de capitales, falsificación de documento y fraude fiscal, vinculados a actividades con las que habría acumulado más de 24 millones de euros en Suiza.

La abrumadora acusación del Ministerio Público de Portugal, que por primera vez involucra a un ex primer ministro en un proceso judicial, se produce después de casi tres años de espera para Sócrates, detenido en 2014 en el aeropuerto de Lisboa bajo sospechas de corrupción. Pasó entonces diez meses en prisión preventiva y uno y medio en arresto domiciliario, periodo tras el cual quedó en libertad condicional a la espera de acusación por parte de la Fiscalía.

Ayer el Ministerio Público se pronunció y le incluyó en un grupo de veintiocho acusados: diecinueve personas y nueve empresas.

Algunos nombres de los que figuran en la lista de acusados dan cuenta de la magnitud de la bautizada como "Operación Marqués", entre ellos el de Ricardo Salgado, expresidente del Banco Espírito Santo (BES) y uno de los hombres más poderosos del país durante muchos años. También el del empresario Carlos Santos Silva, amigo y presunto testaferro de Sócrates, o los de Zeinal Bava y Henrique Granadeiro, exresponsables de la operadora de telecomunicaciones Portugal Telecom (PT).

Beneficios a empresas

Las actividades ilícitas de esta trama quedan detalladas en un escrito de más de 4.000 páginas en el que se desgrana, entre otras cuestiones, cómo Sócrates llegó a recibir más de 24 millones de euros entre 2006 y 2009, cuando estaba al frente del Gobierno de Portugal.

Y lo hizo, en primer lugar, por actuar en beneficio del grupo empresarial Lena -con intereses en diferentes sectores como agua, residuos y energía- que habría conseguido negocios por su mediación y que a cambio pagó elevadas sumas a Santos Silva que, en realidad, tenían como destinatario a Sócrates.

De hecho, el Ministerio Público cree que prácticamente todo el dinero que recibió el ex primer ministro pasó antes por Santos Silva, quien acumulaba las sumas en cuentas suizas que fueron engordando por transferencias o en concepto de pagos por prestación de servicios inexistentes.

Sócrates también obtuvo jugosas sumas, según la Fiscalía, por parte de Ricardo Salgado, quien agradecía así la actuación del entonces primer ministro en favor de Portugal Telecom, del cual el Grupo Espírito Santo era accionista.

En total, indica la Fiscalía, entre 2006 y 2009 se acumularon más de 24 millones de euros en cuentas de Suiza controladas por Santos Silva, que transfirió posteriormente ese dinero a Portugal, donde se dispersó en otras cuentas también a su nombre.

De allí se realizaron retiradas en efectivo para Sócrates y también compras de inmuebles (uno de ellos un apartamento en París), obras de arte, viajes e incluso miles de ejemplares de libros escritos por el propio ex primer ministro, así como transferencias a personas de su círculo íntimo.