La primera ministra británica, Theresa May, pidió ayer a los negociadores del "Brexit" un acuerdo "rápido" para los expatriados comunitarios y subrayó que son "bienvenidos" en el Reino Unido. "Permitidme que deje claro que valoramos la contribución que hacéis a la vida de este país. Sois bienvenidos aquí", afirmó en su discurso de clausura del congreso del Partido Conservador en Manchester (norte de Inglaterra).

La petición de May llega 24 horas después de que tanto el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, como el Parlamento Europeo constaran el martes que la primera fase de las negociaciones está estancada, lo que impedirá emprender la segunda -sobre las futuras relaciones bilaterales- este mismo mes como pretende Londres. Los expatriados, la factura británica y la frontera interirlandesa son, según la UE, los asuntos que deben dejarse pactados antes de pensar en negociar la futura relación.

La intervención de May se vio interrumpida por los gritos de un espontáneo que fue rápidamente evacuado de la sala, entre aplausos de los asistentes al cónclave conservador, y posteriormente por constantes ataques de tos de la primera ministra, que la dejaron momentáneamente afónica.

Unidad

En su discurso, May alentó a los conservadores a "unirse" para "renovar el sueño británico" y fomentar "las aspiraciones y la prosperidad". Tanto la primera ministra como los miembros de su gabinete se esforzaron ayer por transmitir una imagen de unidad después de varios días de trifulcas internas, especialmente en torno al "Brexit". May se disculpó ante la militancia por el revés electoral del pasado junio y reconoció que llevó a cabo una campaña "demasiado presidencialista", tras lo que instó a sus colegas a centrarse en "trabajar unidos" para convertirse en "la formación de referencia de la gente corriente".