La primera ministra británica, Theresa May, ofrecerá esta semana pagar 20.000 millones de euros para saldar la llamada "factura británica" tras el "Brexit", previsto para marzo de 2019, según informó ayer el diario "The Financial Times". Aunque Bruselas no ha exigido aún de modo público ninguna cifra cerrada, si ha aireado estimaciones que oscilan entre los 60.000 y los 100.000 millones de euros.

La oferta de May cubriría cantidades ya comprometidas por Londres en el marco de proyectos plurianuales pero no otros conceptos. Su objetivo es que ningún país miembro tenga que incrementar su contribución al actual presupuesto, vigente hasta 2020, para compensar una eventual falta de aportación de fondos británica.

La factura de Reino Unido, junto con la frontera interirlandesa y el estatuto de los comunitarios en Reino Unido son los asuntos clave que la UE quiere ver pactados antes de empezar a negociar las futuras relaciones bilaterales. May confía en que su oferta contribuya a despejar el camino hacia esa segunda fase negociadora, aunque por el momento las tres primeras rondas de diálogo sobre asuntos previos no han arrojado resultados. Hasta el punto de que la cuarta ronda, prevista para el pasado lunes, ha sido retrasada una semana.

El asesor de May en materia comunitaria, Oliver Robbins, se ha puesto en contacto con sus colegas de varias capitales europeas para indicarles que, en el discurso que la "premier" pronunciará mañana, viernes, en Florencia, estará incluida esta oferta financiera, según añadió el diario financiero en un artículo firmado en Bruselas.

Respecto a la frontera interirlandesa, el DUP, partido mayoritario en Irlanda del Norte y socio de May en el Gobierno de Londres, instó ayer a la UE y al Reino Unido a acordar conjuntamente una solución. La llamada fue hecha por la eurodiputada del DUP Diane Dodds tras reunirse en Belfast con el representante del Parlamento Europeo para el "Brexit", Guy Verhofstadt.

A su llegada a Irlanda del Norte, Verhofstadt insistió en que la región podría mantener un estatus especial para seguir dentro de la unión aduanera y el mercado único, incluso si Londres completa un "Brexit duro".

"Nosotros no queremos (la restauración de la frontera) y, de hecho, sería un desastre para la economía de Irlanda del Norte si se restablecieran barreras al comercio con nuestro principal socio, que es el resto del Reino Unido", recalcó Dodds.