El ex primer ministro laborista británico Tony Blair, profundamente opuesto al "Brexit", propone que el Reino Unido permanezca en la Unión Europea pero que renegocie las normas de inmigración. Un informe realizado por su Instituto para el Cambio Global sostiene que, restringiendo las condiciones de entrada en el país, se lograría aplacar las supuestas inquietudes de los británicos al tiempo que, en su opinión, el Reino Unido podría seguir en la UE.

La postura de Blair no es del todo nueva, pero cobra toda su fuerza en unos momentos en los que el diálogo bilateral entre Londres y Bruselas para pactar los términos de la salida británica de la Unión se encuentra estancado. Tras tres rondas exploratorias, no se ha avanzado en ninguno de los puntos clave -ciudadanos, factura británica y frontera interirlandesa- y las autoridades comunitarias han comenzado a expresar su preocupación por la escasa consistencia de las propuestas negociadoras británicas.

Sin derecho a alquilar vivienda

Según las propuestas incluidas en el informe del ex primer ministro, el Reino Unido podría obligar a los inmigrantes de la UE a registrarse al llegar al país, para que las autoridades supieran si vienen a trabajar o a estudiar; medida que, dice, ya se aplica en Bélgica.

Además, los comunitarios solo podrían entrar en las islas si tuvieran una oferta de trabajo, y quienes no estuvieran autorizados no podrían alquilar una vivienda, abrir una cuenta bancaria o acceder a las prestaciones sociales públicas.

Universidades más caras

El informe difundido ayer propone asimismo prohibir el acceso a la sanidad pública a los inmigrantes europeos económicamente inactivos, y permitir que las universidades cobraran más dinero a los comunitarios que a los británicos.

Blair también plantea negociar con Bruselas que el Reino Unido pueda detener la entrada de comunitarios cuando se detecte exceso de presión sobre los servicios públicos, aspecto que ya se incluía en las propuestas de reforma del estatuto británico en la Unión Europea lanzadas por el anterior "premier", David Cameron, antes de convocar el referéndum del 23 de junio de 2016.