El ministro británico de Comercio, Liam Fox, acusó ayer a la UE de hacer "chantaje" con la factura que reclama a su país por la salida del club comunitario, el "Brexit". Y advirtió que esas tácticas no serán aceptadas en ningún caso en el marco de las negociaciones que sostienen las partes, que no han alcanzado ningún éxito después de tres rondas, la última este jueves.

En Tokio, adonde viajó en misión comercial con la primera ministra británica, Theresa May, Fox sentenció: "No podemos ser chantajeados a la hora de acordar el precio a pagar por el 'Brexit'". Advertencia a la que sumó un llamamiento a las autoridades europeas para avanzar en las conversaciones sobre la futura relación comercial, una cuestión sobre la que Bruselas no quiere ni oír hablar hasta que quede establecida la factura del "Brexit".

"Creemos que debemos comenzar a discutir qué pasará después porque eso es bueno para los negocios y para la prosperidad tanto de los británicos como de los europeos", dijo Fox, con el argumento de que la voluntad de negociación de la UE en este punto "desactivará parte de las tensiones".

No lo ve así, ni mucho menos, el bloque comunitario. Al concluir anteayer la última ronda negociadora, el negociador jefe de la UE para el "Brexit", Michel Barnier, se quejó de la ausencia de progresos "decisivos" sobre los temas "principales" de las conversaciones, pese a reconocer que sí se han logrado "aclaraciones útiles".

"Esta semana hemos conseguido aclaraciones útiles sobre muchos puntos, por ejemplo el estatus de los trabajadores fronterizos, la agregación de derechos de seguridad social, procedimientos ante tribunales de justicia, pero no hemos registrado progresos decisivos sobre los temas principales", afirmó Barnier en una rueda de prensa conjunta con su homólogo, David Davis.

Y avisó: "Al ritmo actual estamos lejos de constatar progresos suficientes para poder recomendar al Consejo Europeo empezar el debate sobre la futura relación comercial con el Reino Unido".