El jefe del Servicio Secreto de Estados Unidos, Randolph Alles, advirtió ayer que la costosa protección del presidente Donald Trump y de su familia les está dejando sin fondos, lo que podría impedir el pago de salarios y de horas extra a los agentes que integran este Servicio de seguridad. Concretamente, Alles aseguró que 1.000 de los 6.500 agentes que conforman el Servicio Secreto han alcanzado ya el límite máximo establecido por el Gobierno para sus sueldos y horas extra porque la actual presidencia ya ha agotado todos los fondos destinados para el año entero. De esta forma, si el Congreso no autoriza un aumento del gasto, los agentes que ya han percibido su sueldo máximo tendrán que dejar de trabajar o, por el contrario, trabajar gratis. Además de proteger al presidente Trump en sus frecuentes viajes a tres de sus clubes de golf, ubicados en Florida, Virginia, y Nueva Jersey, el Servicio Secreto tiene la responsabilidad de velar por la seguridad de los cuatro hijos adultos del mandatario (Donald Jr., Ivanka, Eric y Tiffany) en todos sus viajes dentro y fuera de los Estados Unidos. También la prolongada estancia de Melania y el único hijo del matrimonio en el lujoso ático de la Torre Trump obligó a disparar los gastos del Servicio Secreto para su protección. De mantenerse este ritmo, la factura de la protección de la familia Trump superaría en tan sólo un año al gasto total de su predecesor, Barack Obama, en sus ocho años de mandato.