Las FARC, la guerrilla más antigua y poderosa de América Latina, dejó ayer de ser un grupo armado en un día en que la ONU se llevó el último contenedor donde almacenaban sus fusiles durante un acto en el que presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, les garantizó su seguridad.

En un evento simbólico, Santos, junto al jefe de la Misión de la ONU en Colombia, Jean Arnault, cerró el candado del último contenedor bajo la mirada de las autoridades militares y delegados de las FARC en la zona veredal transitoria de normalización (ZVTN) de Pondores (área de concentración de guerrilleros en fase de reintegración en sociedad) en Fonseca (norte).

Ese contenedor estaba a cargo de Jose Díaz, oficial de la Marina de México y uno de los observadores de la ONU que han supervisado la entrega de 8.112 armas por parte de la guerrilla.

Armas inutilizadas

En un camión, las armas fueron enviadas a una bodega situada en el centro del país, en una zona no precisada, donde serán inutilizadas.

"Hoy efectivamente es el último suspiro de ese conflicto. Con esta dejación de armas, con (la salida de) los últimos contenedores, el conflicto realmente termina y comienza una fase nueva en la vida de nuestra nación", resaltó Santos.

Más tarde, explicó que ese fue "un paso histórico y trascendental" para la vida en Colombia y subrayó que "la base del desarrollo y la primera ley de la República debe ser la seguridad".