Una lluvia de críticas cayó ayer sobre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por su tibia condena al mortal ataque de grupos supremacistas blancos, el sábado, a una manifestación antifascista en Charlottesville (Virginia). Un supremacista se abalanzó con su vehículo contra la protesta, matando a una persona e hiriendo a más de veinte. Trump rechazó en un tuit las actitudes de "odio" y "violencia de cualquier parte", lo que fue considerado "insuficiente" por numerosos demócratas, republicanos y miembros relevantes de la sociedad civil.

Para contrarrestar las críticas, la Casa Blanca calificó horas después el atropello como "una forma de terrorismo", a través del consejero de Seguridad Nacional, general Herbert McMaster. "Eso es el terrorismo, el uso de la violencia para incitar terror y miedo, y por supuesto que es terrorismo", dijo.

El autor del atropello fue identificado como James Alex Fields, de 20 años, natural de Ohio y vinculado a la organización supremacista con claros vínculos neonazis "Vanguard America". La víctima mortal es una mujer, Heather Heyer, abogada de 32 años de edad.

Condena "implícita"

Horas después de la calificación del atropello como acto terrorista, un portavoz de la Casa Blanca aseguró que el mensaje de Trump contra "el odio" llevaba implícita una condena a los "supremacistas blancos".

Sin embargo, hasta anoche Trump no había hecho explícita esa condena, que le fue incluso requerida por el senador republicano Marco Rubio. "Es muy importante para la nación escuchar a Trump describir los hechos de Charlottesville como lo que son, un ataque de terrorismo por parte de los supremacistas blancos", escribió Rubio en un tuit.

Dureza

Más dura fue la líder de la minoría Demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi: "Repita conmigo, el suprematismo blanco es una afrenta para los valores estadounidenses", escribió Pelosi a Trump.

La jornada de incidentes en la ciudad fe Charlottesville se saldó finalmente con tres muertos, al perder la vida dos policías en el accidente de un helicóptero que vigilaba el escenario de los enfrentamientos.

Charlottesville se encuentra ahora mismo bajo estado de emergencia por los fuertes enfrentamientos entre grupos supremacistas blancos y neonazis.