Un tiroteo registrado esta madrugada en una discoteca de Alemania, que causó dos muertos y cuatro heridos, desató hoy la alarma en el país y un fuerte despliegue policial, hasta que se descartó completamente un trasfondo terrorista y se estableció que el detonante fue una disputa privada.

Todo apunta a que el suceso se originó por una discusión entre un kurdo iraquí de 34 años, con antecedentes por delitos de drogas, y el personal del local, cuyo propietario era el suegro del agresor.

El tiroteo se produjo después de que el atacante fuera expulsado de la discoteca "Grey Club", situada en una zona industrial de Constanza (sur de Alemania), tras lo cual se fue a su casa a por un arma, una semiautomática del tipo Typ M16 usada por las fuerzas de seguridad estadounidenses, según informaciones policiales.

Regresó con el arma al lugar y mató con ella al guardia de la puerta, para luego disparar a ciegas ya en el interior del local.

El otro muerto fue el propio kurdo iraquí, a quien cercó la Policía cuando trataba de huir, a lo que siguió un corto tiroteo en que resultó malherido y murió poco después en un hospital

La Policía recibió la primera alerta a las 02.30 GMT y desplegó en toda la zona, donde hay otras discotecas, un fuerte contingente de seguridad, mientras un helicóptero sobrevolaba la zona.

Pocas horas después, fuentes policiales avanzaban en declaraciones a distintos medios que nada apuntaba a un trasfondo terrorista e insistían en que el kurdo iraquí no era un refugiado, sino que llevaba en el país unos 15 años.

Posteriormente representantes de la Fiscalía de Constanza y el secretario de Estado de Interior del "Land" de Baden-Württemberg, Martin Jäger, comparecieron ante los medios para descartar completamente un atentado yihadista o de otro tipo.

La Fiscalía informó de que tres visitantes del local sufrieron heridas graves, pero estaban ya fuera de peligro, lo mismo que uno de los agentes con los que se enfrentó el atacante. En el momento de producirse el tiroteo había en el interior de la discoteca centenares de personas.

Se produjeron escenas de pánico, algunos clientes de la discoteca huyeron y se escondieron en las inmediaciones, mientras otros buscaron cobijo en distintos espacios del local.

Al margen de la confusión en la discoteca o en sus alrededores, en Alemania el suceso levantó un gran revuelo mediático.

En el país, como otras partes de Europa, rige una alarma antiterrorista general y está además muy presente aún el ataque con cuchillo en un supermercado de Hamburgo del pasado viernes, en que un palestino de 26 años nacido en los Emiratos Árabes Unidos mató a un hombre y hirió a otras seis personas.

El agresor llegó a Alemania como refugiado en 2015, un año después fue denegada su solicitud de asilo y desde entonces se le había detectado transtornos psíquicos y una fuerte radicalización, aunque no se le conocían contactos con el yihadismo.

Se encontraba a la espera de ser expulsado y él mismo había expresado su deseo de abandonar Alemania, pero no se procedió a su repatriación por no tener papeles ni estar aclarada su nacionalidad.

Fue detenido a escasa distancia del supermercado gracias a la intervención de cuatro inmigrantes, a los que el popular diario "Bild" calificó hoy de "héroes".

Un afgano de 19 años, un turco de 35, un tunecino de 48 y un egipcio de 49 años fueron los ciudadanos que, junto con un alemán de 28 años, le acorralaron cuando pretendía huir, armado con el cuchillo ensangrentado, y lograron retenerlo hasta que llegó la policía.