El presidente de Francia, el socioliberal Emmanuel Macron, recibió ayer en París con honores militares a su homólogo estadounidense, Donald Trump, en el inicio de una visita de alto contenido simbólico, que culminará hoy con la asistencia del magnate al desfile de la Fiesta Nacional francesa. Trump, que con esta visita pretende aproximar posiciones con la siempre díscola Francia, verá cómo por los Campos Elíseos de París desfilan tropas de EE UU para conmemorar el primer centenario de la entrada de su país en la I Guerra Mundial.

En una rueda de prensa conjunta con Macron, Trump sugirió que "algo podría ocurrir" respecto a la posición estadounidense sobre el Acuerdo de París sobre el calentamiento global, del que el presidente estadounidense retiró recientemente a su país. "Veremos qué pasa, pero ya hablaremos llegado el momento. Si pasa algo sería maravilloso, y si no pasa nada estará bien también", dijo el inquilino de la Casa Blanca.

Macron expresó su respeto por la decisión de Trump de retirar a EE UU del Acuerdo de París y destacó que, pese a esa divergencia, la sintonía con Trump es total en los "grandes temas de comercio, seguridad", lucha contra el terrorismo o la necesidad de una estabilidad en Oriente Medio, Libia o el Sahel. Los observadores consideraron que la referencia a la identidad de puntos de vista en materia comercial fue un exceso verbal de Macron, habida cuenta de que Europa discrepa abiertamente de los postulados proteccionistas de Trump.

Macron aludió a que los desacuerdos que mantienen EE UU y la UE están ligados a los compromisos electorales de Trump, especialmente en lo referido al Acuerdo de París, y destacó que aunque no coinciden ni en la lectura que hacen del mismo ni en su importancia, esto no debe impedir discutir sobre otros ámbitos. La mayor identidad de puntos de vista entre ambos se da respecto a la lucha antiterrorista o a conflictos como el de Siria o Ucrania.

Poco antes de la llegada de Trump a la capital francesa, Macron presidió, en unión con la canciller alemana, Angela Merkel, un consejo de ministro francoalemán, en el que ambos países acordaron un aumento de la cooperación bilateral en Defensa, Educación y Empresa. Macron y Merkel están empeñados en una resurrección del eje francoalemán como punto de partida para una revitalización de la UE.

En declaraciones en París, Merkel hizo una importante serie de concesiones de principio a demandas de Macron para avanzar en la integración de la zona euro. Para empezar, un presupuesto común y un ministro de Finanzas común, aunque matizó que habrá que esperar a las elecciones generales alemanas del 24 de septiembre, en las que la canciller es clara favorita, para empezar a trabajar en esos asuntos.

Merkel ecordó que algunas de esas reformas institucionales habrán de ser consultadas con el Parlamento alemán salido de los comicios, pero aseguró que tiene una agenda "muy ambiciosa" para la zona euro y que "se van a superar nuevas etapas este año".