El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propuso ayer hacer recortes sociales a lo largo de los próximos diez años por valor de 3,6 billones de dólares (3,2 billones de euros) para eliminar el déficit. El tijeretazo del magnate al presupuesto se cebaría en los programas de asistencia social y de cobertura médica para ciudadanos de menores recursos. Es el caso del programa Medicaid, cuya dotación se vería reducida en 610.000 millones de dólares (544 millones de euros).

El plan para el año fiscal 2018 es más un documento político que un plan económico detallado, como indica su título, "Unos nuevos cimientos para la grandeza de EE UU", pero en él Trump se compromete a acabar con el déficit en una década (se calcula que este ejercicio sea del 3,1% del PIB). Lo que no impide proponer importantes aumentos en los capítulos de Defensa y seguridad en las fronteras.

"Ya no vamos a medir la compasión por el número de programas de asistencia social y el volumen gastado en esos programas. Necesitamos a todo el mundo empujando en la misma dirección", afirmó Mick Mulvaney, director de la Oficina de Gestión de Presupuesto de la Casa Blanca.

Mulvaney insistió en que, a través de la agenda de recorte de impuestos, desregulación y reducción del peso del Gobierno federal se logrará alcanzar un crecimiento medio sostenible a lo largo de la próxima década del 3% anual, algo no visto desde 2005. "La fea verdad es esta: jamás se podrá equilibrar el presupuesto con el crecimiento actual del 1,9%. Eso no va a pasar", descartó Mulvaney.

Además, en su propuesta el presidente norteamericano manifiesta su intención de poner a la venta la mitad de las reservas estratégicas de petróleo del país para reducir la deuda pública.

En concreto, el magnate pretende vender de manera gradual la mitad de las Reservas Estratégica de Petróleo (SPR) de Estados Unidos, que en total ascienden a 688 millones de barriles, para recaudar 500 millones de dólares (612,8 millones de euros) en 2018 y hasta 16.600 millones de dólares (14.785,7 millones de euros) de cara a 2028, con el objetivo de hacer frente a la elevada deuda del país.

De esta forma, la reserva de petróleo más grande del mundo se desprendería, de media, de 95.000 barriles de crudo diarios en los próximos diez años.