La primera ministra británica, Theresa May, advirtió ayer que, a la hora de calcular la factura que Londres deberá pagar por el "Brexit", deberán tenerse en cuenta sus participaciones en el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y otros fondos conjuntos. Es la primera vez que May hace este tipo de advertencia, lanzada en una entrevista con "The Sunday Telegraph". Fuentes del Gobierno británico estimaron que el Reino Unido ha aportado un 16% del capital del BEI, lo que, a su entender, representa unos 10.000 millones de euros.

Para May, "las cantidades pagadas en el pasado" por el Reino Unido deben ser tenidas en cuenta en la factura del divorcio. May insistió, sobre todo, en los "derechos" financieros británicos, en unas declaraciones que se dirigen directamente contra la pretensión comunitaria de que Londres no recupere sus participaciones en fondos comunes y en las que resaltó que a Reino Unido no se le pueden cargar exclusivamente "obligaciones" cuando se negocie su salida de la UE.

La salida de May a la palestra estuvo acompañada de otra del ministro británico para el "Brexit", David Davis, quien, en unas declaraciones a "The Sunday Times", advirtió que el Reino Unido está dispuesto a abandonar las negociaciones con Bruselas si esta le exige el pago de 100.000 millones de euros por el "Brexit". Esta última cifra ha sido manejada con profusión en las últimas semanas, en sustitución de la de 60.000 millones a la que se aludió durante meses. En cualquier caso, el montante final deberá ser objeto de laboriosa negociación.

"Turbulentas"

Davis añadió que las negociaciones, que admitió pueden ser "turbulentas", corren el riesgo de sumirse en una "crisis" si la UE se niega a conversar sobre un acuerdo comercial con el Reino Unido hasta que Londres pague la factura de la salida. La UE aprobará hoy, lunes, el mandato para que la Comisión Europea inicie las negociaciones del "Brexit" y nombrará oficialmente al excomisario francés Michel Barnier como negociador en nombre de los 27. Según indicó el viernes el diario británico "The Guardian", Barnier quiere que las negociaciones comiencen el 19 de junio, once días después de las elecciones generales británicas, previstas para el 8 de junio.

Respecto a los comicios, un nuevo sondeo sobre intención de voto publicado ayer en "The Sunday Times" sostiene que el Partido Laborista, primero de la oposición, ha disminuido la brecha con los conservadores a nueve puntos. La encuesta, elaborada por la firma YouGov, sitúa a los conservadores con un 44% de apoyo, lo que representa una caída de cinco puntos frente a una encuesta anterior realizada los pasados días 11 y 12. Los laboristas de Jeremy Corbyn habrían subido mientras tanto cuatro puntos, hasta situarse en el 35%.