Con la tormenta política por la destitución del director del FBI, James Comey, todavía activa, el presidente de EE UU, Donald Trump, sigue electrizando las nubes de Washington. Trump dejó ayer en evidencia a sus colaboradores, empezando por su consejero de Seguridad Nacional, el teniente general McMaster, e incluso al Kremlin, al desmentirles y admitir que el miércoles pasado, al día siguiente de cesar a Comey por sus investigaciones de la conexión rusa, compartió información confidencial con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.

La información fue desvelada el lunes por la noche (hora española) por "The Washington Post", que alertó de que Trump reveló a Lavrov planes del grupo yihadista Estado Islámico para atentar en aviones con ordenadores portátiles. Son, añadió el diario, datos altamente secretos que no han sido compartidos con aliados de EE UU. Además, Trump habría revelado qué aliado habría conseguido la información -Israel, Jordania o alguna petromonarquía del Golfo- y el lugar donde la obtuvo.

La revelación del "Post" fue desmentida de inmediato por el entorno de Trump. El general McMaster la calificó de "falsa" y precisó que Trump no reveló "fuentes, métodos u operaciones militares" a Lavrov. "Yo estaba allí; no sucedió", insistió McMaster, quien admitió que Trump y Lavrov hablaron sobre un "abanico de amenazas comunes" incluyendo "amenazas a la aviación comercial". El secretario de Estado, Rex Tillerson, también presente, negó igualmente que se hablara de "fuentes, métodos u operaciones militares". Por su parte, el Kremlin tachó la información de "sinsentido completo" y aseguró no querer tener que ver nada con él.

Tuit "tormentoso"

Así las cosas, a las pocas horas, Trump difundió uno de sus tuits y la tormenta volvió a cuajar. "Como presidente, quería compartir con Rusia (en una reunión programada oficialmente en la Casa Blanca), lo que tengo el derecho absoluto de hacer, hechos relacionados con el terrorismo y la seguridad de vuelo de las líneas aéreas", escribió, desautorizando a McMaster, a Tillerson y al propio Kremlin.

En respuesta al despropósito, el enésimo en menos de cuatro meses, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, exhortó a la Casa Blanca a publicar las actas de la reunión. Por su parte, el 48% de los consultados por la empresa Public Policy Polling expresó su apoyo a abrir ya un proceso de destitución ("impeachment") a Trump, mientras que el 41% se opuso. Solo el 43% estimó que Trump acabará su mandato.