La grave crisis que atraviesa el Partido Socialista francés se puso ayer de manifiesto con el anuncio del ex primer ministro Manuel Valls de que será candidato en las elecciones legislativas de junio en las filas de La República en Marcha (REM), el partido del presidente electo, Emmanuel Macron.

Valls ya llamó a votar por Macron, que fue su ministro de Economía, en las pasadas elecciones presidenciales, en detrimento del candidato socialista, Benoît Hamon, que lo derrotó en las primarias de la formación. "Este Partido Socialista está muerto, se nos ha quedado atrás", remachó Valls.

Para el ex primer ministro no tiene sentido que en una misma formación convivan quienes apoyan al presidente electo y quieren formar parte de la futura mayoría gubernamental con quienes, como Hamon, se decantan por aliarse con el líder de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon, y con otros que "no saben dónde están".

El que fuera jefe de Gobierno del presidente saliente, François Hollande, hasta el pasado diciembre, afirmó que coincide con "la mayor parte" del programa electoral del vencedor del domingo y que "hoy lo esencial es dar una mayoría amplia y coherente" a Macron para que pueda gobernar. Valls precisó que, pese a su anuncio, no ha tenido contactos con Macron sobre su candidatura.

De hecho, el portavoz del presidente electo, Christophe Castaner, manifestó en una entrevista que el hecho de que "progresistas de la importancia de Valls quieran unirse" a la mayoría presidencial "es una buena noticia". Pero también matizó que para presentarse como candidato de REM, Valls tendrá que someterse al examen de la comisión nacional de listas, como todos los demás. "No hay que establecer diferencias por el pasado de uno u otro", dijo, antes de insistir en que "los privilegios deben quedar atrás".

En todo caso, reconoció que Valls "tiene todas las posibilidades" de ser investido candidato, teniendo en cuenta el recorrido que ha hecho y, sobre todo, el motivo por el que "ha decidido dejar el Partido Socialista".

Otro anuncio llamativo llegó ayer por la tarde, este desde las filas del Frente Nacional (FN). La diputada Marion Maréchal-Le Pen, de 27 años, sobrina de la derrotada candidata presidencial Marine Le Pen, anunció que deja la política por un tiempo y que no defenderá su escaño en las legislativas. Maréchal-Le Pen, la diputada más joven de la legislatura, se mostró decepcionada por la actuación de su tía en el debate con Macron y es conocida su discrepancia con la línea económica "izquierdista" impulsada por el vicepresidente del FN, Florian Philippot.