El presidente de EE UU, Donald Trump, cesó ayer de forma fulminante al director del FBI, James Comey, siguiendo las "recomendaciones claras" de la cúpula del Departamento de Justicia y con el objetivo de recuperar la "confianza" perdida en la agencia federal. Las continuas desavenencias y críticas del alto cargo cesado parecen estar detrás de la fulminante decisión del mandatario norteamericano.

La Casa Blanca difundió una carta enviada por Trump a Comey y en la que el mandatario comunica la salida del director del FBI con efecto "inmediato". El presidente explicó que sigue las recomendaciones "claras" expresadas por el fiscal general, Jeff Sessions, y por su 'número dos', Rod Rosenstein.

"Aunque aprecio enormemente que me informases, en tres ocasiones, de que no me encontraba bajo investigación, coincido con el Departamento de Justicia en que no puedes liderar de forma eficaz la oficina", explicó Trump en su misiva, en la que ha argumentado que "restaurar al confianza pública es vital" para la labor del FBI.

Sessions afirmó en otro texto que es necesario "un nuevo comienzo" en el FBI, entre otras razones para garantizar "la integridad y justicia de las investigaciones y procesamientos federales". El director de la agencia, agregó, debe "dar ejemplo".

El vicefiscal general fue más explícito en su memorándum, en el que sí que ha atribuido directamente el cese de Comey a su gestión de la investigación abierta sobre el uso que Hillary Clinton hizo de los distintos servidores de correo electrónico durante su etapa al frente del Departamento de Estado.

"No entiendo su rechazo a aceptar la evaluación, casi universal, de que estaba equivocado. Casi todos estábamos de acuerdo en que el director cometió graves errores; es uno de los pocos asuntos que une a personas de distintas perspectivas", ha advertido Rosenstein.

Entre los reproches contra Comey figura que decidiese anunciar en julio de 2016 el cierre de las investigaciones sin ningún tipo de procesamiento, en la medida en que debería haberse limitado a "presentar sus conclusiones a la Fiscalía federal", entonces liderada por Loretta Lynch.

Asimismo, Rosenstein afreó Comey que, "agravando en su error", se saltase "otro principio" básico: "No organizamos ruedas de prensa para difundir información negativa en relación a una investigación penal rechazada". Este tipo de información puede salir a la luz en el marco de unas pesquisas, pero "nunca de forma gratuita", añadió

Para el vicefiscal, "el director (del FBI) expuso su versión de los hechos a los medios como si fuesen un caso cerrado, pero sin juicio". En este sentido, afirmó que se trata de "un ejemplo de libro de lo que los fiscales y agentes federales no tienen que hacer".

Trump destacó que el FBI es una de las instituciones más respetadas de EE UU y apunta que, con la salida de Comey, arranca "un nuevo comienzo para la joya de la corona" en materia de agencias de seguridad. El presidente está ya inmerso en la búsqueda del nuevo director.