Emmanuel Macron advirtió ayer que la UE corre el riesgo de enfrentarse a un "Frexit", esto es, a la salida de Francia de la UE, si no acomete una reforma en profundidad del proyecto europeo como la que él propone.

Con algo menos de apoyo en los sondeos que hace una semana -ahora las encuestas le auguran un triunfo rondando el 60% de los votos, en vez del 65%-, el candidato socioliberal al Elíseo se esforzó en parecer menos seguidista de la Unión de lo que la ultra Marine Le Pen, su rival, le pinta siempre.

Una Le Pen que no dudó en situarle en el campo de la "casta" y en colocarle el letrero de "adversario del pueblo". O, si no, el de "delfín" del denostado François Hollande. "Su ambición no es servir los intereses de los franceses, sino los intereses del dinero", sentenció la aspirante del Frente Nacional (FN) en un mitin en Villepinte, en la periferia norte de la capital francesa.

"Todo en el proyecto de nuestro adversario atenta contra nuestro lema de libertad, igualdad y fraternidad", prosiguió Le Pen. Y lanzó la advertencia definitiva: si Macron gana la segunda vuelta el próximo domingo, el resultado será "una Francia en la que la inseguridad será general", en la que "el terrorismo islamista será una plaga (...) a la que los franceses tendrán que acostumbrarse".

El centrista le respondió a modo varias horas después, pero primero se difundieron unas declaraciones suyas a la BBC. Para Macron, si la UE no se reforma, afrontará uno de estos dos terremotos: o el "Frexit" o la llegada del FN al poder. Dejar que la UE continúe como hasta ahora sería "una traición" a los ciudadanos. "Y no quiero hacer eso", avisó.

Se definió como defensor constante de la "idea de Europa" y de sus políticas, porque cree que el bloque es importante para Francia y el lugar que ocupa "en la globalización". Sin embargo, reclamó, "debemos afrontar la situación, escuchar a nuestra gente, escuchar el hecho de que están muy enfadados hoy, impacientes, y la disfunción de la UE ya no es sostenible".

Más tarde, subido a la tribuna del mitin, Macron bajó a un terreno más pasional y arremetió contra Le Pen, a la que calificó de "anti-Francia", advirtiendo que si ella gana, conducirá al "hundimiento" del país.

Doce mil personas asistieron al mitin, con presencia de la ministra de Ecología, la socialista Ségolène Royal, a quien prometió que, si gana el domingo, mantendrá su política medioambiental y de transición energética.

Después volvió a atacar a Le Pen. La acusó de "sacar provecho del descontento y vivir de él" y de tener "incapacidad para responder" a las dificultades de los franceses". "El proyecto del Frente Nacional" conduce "a la guerra económica, a la miseria y, simplemente, a la guerra", agregó.

Y concluyó: "Lo que defiende es el hundimiento ineludible de lo que ha construido Francia, de su grandeza".