La Unión Europea exhibió ayer unidad total ante el "Brexit". Los Veintisiete aprobaron por unanimidad, y en cuestión de minutos, las directrices para negociar la salida del Reino Unido del bloque comunitario. Esas "líneas rojas" delimitan claramente el calendario de las conversaciones: sin avances significativos sobre la factura que Londres deberá pagar (que la Unión cifra en unos 60.000 millones) y los derechos de los ciudadanos comunitarios en el Reino Unido, y de los británicos en el territorio de la UE, no se empezará a hablar de la relación futura. Y no solo eso: tendrá que alcanzarse un acuerdo sobre la frontera entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda, que Dublín quiere que sea "blanda".

Además, por petición expresa del primer ministro irlandés, Enda Kenny, la UE deja constancia de que una Irlanda unificada seguirá en el club, tal como ocurrió tras la reunificación de Alemania. Un nuevo toque de atención a Londres,.Alemania adelantó que no aportará más dinero al presupuesto de la UE cuando el "Brexit" se consume.