Un observador estadounidense de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) murió ayer en la provincia ucraniana de Lugansk, controlada por milicias prorrusas, al explotar una mina al paso del automóvil en el que viajaba una misión del organismo. La detonación causó heridas a una observadora alemana, según confirmó la propia canciller germana, Angela Merkel.

En un primer momento se informó de que la nacionalidad del fallecido era británica, pero las autoridades rusas rectificaron la información y fueron refrendadas por el ministerio de Exteriores de Austria, cuyo titular, Sebastian Kurz, ostenta la presidencia temporal de la OSCE.

Los detalles del incidente están bajo investigación pero de la OSCE confirmó que una patrulla de seis personas que se desplazaba en dos vehículos blindados recibió de lleno la explosión de una mina en las inmediaciones de Prishib, un área de la provincia de Lugansk en la línea de contacto entre territorio ucraniano y la zona separatista prorrusa, según el austriaco Kurz.

Las milicias de la autoproclamada República Popular de Lugansk, una de las facciones separatistas enfrentadas al Ejército ucraniano, aseguraron que el incidente se debió a que el coche se salió del trazado habitual "y se movió por carreteras secundarias, lo cual está prohibido por el mandato de la OSCE".

Rusia calificó el estallido de la mina de "provocación" y "cínico acto" contra el actual proceso de alto el fuego y contra los esfuerzos de paz, dando a entender que Ucrania está detrás del incidente.