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Elecciones presidenciales galas · La cita con las urnas

Francia opta por la vía de la renovación: Macron y Le Pen pasan a la segunda vuelta

-Gaullistas y socialistas, pilares de la quinta República durante sesenta años, se quedan fuera de juego -Los electores del país galo marcan cuatro bloques muy igualados -Fillon y Hamon votará por Macron

Macron celebra en París su victoria en la primera vuelta. // Efe

Los franceses optaron ayer por la renovación y confirmaron las encuestas: el socioliberal Emmanuel Macron, un hombre sin partido, y la ultraderechista Marine Le Pen se disputarán la presidencia de Francia en la segunda vuelta del 7 de mayo. Con el 81% escrutado, Macron (23,29%) se impuso a Le Pen (22,65%), seguida del conservador neogaullista François Fillon (19,71%) y del izquierdista Jean-Luc Mélenchon (19,07%). Todas las encuestas aseguran que Macron, que sería el presidente más joven de la V República, se impondrá con claridad a Le Pen.

El pobre resultado del socialista Benoît Hamon, quinto con un 6,11%, convierte a Mélenchon, emparentado con Podemos, en el hombre fuerte de la izquierda para las legislativas de junio. La participación, superior a la prevista, fue del 78,46%, inferior al 79,48% de 2012 y al 83,77% de 2007.

El resultado de la primera vuelta deja fuera de juego a los dos principales pilares de la V República: gaullistas y socialistas. Es la primera vez que los herederos del general De Gaulle quedan excluidos de la primera vuelta. Los socialistas ya fueron eliminados en 2002, cuando la baja participación llevó por sorpresa al padre de Marine Le Pen, Jean-Marie, a una segunda vuelta en la que fue aplastado por el presidente Chirac, que recogió el 80% de los votos.

La exclusión de conservadores y socialistas muestra que Francia, como España y otros países, no escapa a la voluntad de renovación y de superar el bipartidismo. De hecho, el 23,29% de Macron -ministro independiente de Economía de Hollande entre 2014 y 2016- queda lejos del 31% del conservador Nicolas Sarkozy en 2007 e incluso del 28,5% que recogió el socialista François Hollande en 2012.

Como anunciaban unas encuestas que se han mostrado mucho más fiables que las presidenciales estadounidenses o las del "Brexit", los electores han optado por un esquema cuatripartito en el que sólo han entrado los gaullistas. La exclusión de los socialistas de ese esquema -remplazados por Macron- confirma que la socialdemocracia francesa también está aquejada de la crisis de identidad y arraigo del socialismo europeo.

Mucho antes de saberse los resultados oficiales, la victoria de Macron y Le Pen fue aceptada por gaullistas y socialistas basándose en los sondeos a pie de urna, todos ellos coincidentes sobre el nombre de los ganadores. Tanto el conservador Fillon como el socialista Hamon llamaron a votar por Macron para cerrarle el paso a Marine Le Pen.

Tan sólo el izquierdista Mélenchon, que, enfadado, tomó la palabra para admitir su derrota hacia las diez -después de haberlo hecho Hamon, Fillon y Le Pen-, expresó reservas respecto a que los resultados de los sondeos fueran exactos. Mélenchon anunció que su movimiento, la Francia Insumisa, hará una consulta entre sus militantes para decidir la posición ante la segunda vuelta.

El primero de la noche en comparecer fue Fillon, quien achacó su derrota a "obstáculos demasiado numerosos y demasiado crueles", en referencia a sus problemas con la justicia. Fillon justificó su llamada a votar a Macron en la "violencia y la intolerancia" del programa de Le Pen, que "llevaría al país a la quiebra y a Europa al caos". Macron es el único de los grandes candidatos que lleva en su programa la necesidad de seguir construyendo la UE en lugar de refugiarse en el nacionalismo. Por su parte, una Le Pen exultante llamó a "liberar al pueblo francés", ya que, a su entender, en la actual coyuntura "está en juego la supervivencia de Francia".

El ganador fue el último en comparecer. Tras resaltar la alta participación y agradecer el apoyo de Fillon y Hamon, se felicitó de haber cambiado "el rostro de la vida política francesa en un año" y se propuso reagrupar a una mayoría de franceses para ganar la segunda vuelta y evitar "la amenaza del nacionalismo", al que opuso "el patriotismo". Macron prometió romper con el sistema que, dijo, "se ha mostrado incapaz de responder a las necesidades del país desde hace 30 años" y abrir una nueva página política en Francia y en Europa. Para ello, avanzó, buscará la mayoría en las legislativas del mes de junio.

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