La oposición turca pedirá un nuevo recuento parcial de las papeletas del referendo, en el que habría ganado el 'sí' a la reforma presidencialista, y ha denunciado manipulaciones en la consulta popular.

El 'sí' al sistema presidencialista para dar más poder al jefe del Estado, el islamista Recep Tayyip Erdogan, ha vencido en el referendo celebrado este domingo en Turquía con el 51,3 por ciento, cuando el recuento parcial es del 99 por ciento.

El Partido Republicano del Pueblo (CHP, socialdemócrata), el mayor de la oposición, que ha hecho campaña contra la reforma, ha denunciado que la Junta Suprema Electora habría beneficiado al 'sí'.

Erdal Aksünger, uno de los vicepresidentes del CHP, declaró a la prensa que su partido impugnará entre el 37 y el 60 por ciento del total de las urnas escrutadas, y denunció la existencia de "mucha manipulación".

"Desde la mañana hemos determinado que hay alrededor de 2,5 millones de votos problemáticos", dijo Aksünger.

El 'sí' habría ganado el referendo por algo menos de 1,3 millones de votos, según el recuento.

La mayor preocupación de la oposición es el comunicado de la Junta Suprema Electoral que a última hora permitió dar por válidas en el recuento papeletas no previamente selladas por el equipo de la mesa electoral, lo que abre la puerta, consideran, a manipulaciones.

"Dicen que son válidas papeletas y sobres sin sello oficial. Eso es ilegal. Eso quiere decir que se pueden traer votos de fuera", dijo a los medios el vicepresidente del CHP, Bülent Tezcan.

También el prokurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP, izquierda), tercero en el Parlamento, ha denunciado en un mensaje en Twitter que impugnará dos tercios de los votos escrutados.

"Nuestros datos indican una manipulación en el rango del 3 al 4 por ciento", indicó la formación prokurda en esa red social.

El 'sí' ha vencido en Anatolia y en la región del Mar Negro, bastiones del gubernamental Partido de la Justicia y Desarrollo (AKP), mientras que el 'no' se impuso en Estambul, la costa del Egeo, el Mediterráneo y en las zonas surorientales en las que se concentra la población kurda.

El triunfo de la reforma, que se aplicaría a partir de 2019, abriría el camino para que Erdogan pueda gobernar hasta 2029, o, incluso, hasta 2034.

Los partidarios de la reforma sostienen que daría estabilidad al país y mejoraría el crecimiento económico y la seguridad, mientras que la oposición teme que Turquía se convierta en una autocracia debido a los enormes poderes que se atribuiría el presidente.