La candidata ultraderechista Marine Le Pen aseguró ayer en un multitudinario mitin en Lille (norte del país) que, si es elegida presidenta de Francia, la UE "morirá", porque, a su juicio, "la gente ya no la quiere". Mientras medio millar de manifestantes protestaban a dos kilómetros, la líder del Frente Nacional galvanizaba a sus partidarios con un furioso discurso antieuropeo y antiglobalizador.

Le Pen aventuró que bajo su hipotética presidencia el país vivirá tres grandes acontecimientos: la muerte de la UE, el fin de la "globalización salvaje" y el "desenmascaramiento del multiculturalismo". Le Pen encabeza los sondeos para la primera vuelta junto al socioliberal Emmanuel Macron, ante quien caería derrotada en la segunda.

La líder ultra reiteró que, de ser elegida, convocará un referéndum para que Francia salga de la UE y prometió que, si lo pierde, dimitirá de inmediato. En el mismo tono proclamó que "ha llegado la hora de la confrontación democrática entre los patriotas y los mundialistas" como Macron o el conservador François Fillon, quienes, aseguró, "pretenden enterrar cualquier idea de comunidad nacional". "¡No queremos a los inmigrantes de Merkel! ¡No queremos a inmigrantes económicos!", gritó ante la enfervorizada respuesta de sus seguidores.

En una entrevista publicada horas antes por el diario "Le Parisien", Le Pen sostuvo que la salida de Francia del euro, que ella propugna, "no supondría el caos". A su entender, "el euro provocó una subida muy grave de los precios y un agudo descenso de la capacidad adquisitiva" de los franceses. Además, representa "un grave obstáculo para la creación de empleo porque ha provocado una pérdida de competitividad para la economía francesa". Le Pen ha hecho de la salida del euro una de las banderas de su campaña y eso le ha permitido atraer a la población descontenta con la globalización, pero esa apuesta se ha convertido también es un arma de doble filo, ya que las encuestas revelan que el 72 por ciento de los votantes franceses rechaza volver al franco. Por esta razón, Le Pen insiste en que la salida no sería inmediata ni traumática, y que convocaría el referéndum tras seis meses de negociación con el resto de países de la UE.