El Ejército de EE UU reconoció ayer su implicación en un bombardeo perpetrado el pasado jueves sobre la ciudad iraquí de Mosul en el que murieron unos 200 civiles, según informaciones de la ONU. Por esta razón, Washington ha anunciado una investigación del ataque, aunque subraya que se produjo a petición iraquí y denuncia la utilización de escudos humanos por parte del grupo yihadista Estado Islámico.

"La revisión inicial de los datos de los bombardeos realizados entre el 16 y el 23 de marzo indica que la coalición bombardeó a combatientes y material del Estado Islámico a petición de las fuerzas de seguridad iraquíes en el lugar donde se supone que ha habido víctimas civiles", señala el comunicado militar.

Según testigos, la mayor parte de los fallecidos murieron por la potentísima explosión de un camión de Estado Islámico, repleto de componentes químicos, armas y bombas, alcanzado por el bombardeo. La fuerza de la detonación causó el colapso de varios edificios.

Las fuerzas iraquíes han detenido las operaciones en la ciudad después de este gravísimo incidente para evaluar la situación. "Es hora de comenzar a plantearse nuevos modelos de ofensiva y, hasta entonces, no habrá operaciones de combate", explicaron fuentes oficiales de Bagdad.

Por su parte, fuentes oficiales rusas afirmaron ayer que no consideran posible que Mosul sea liberada de la ocupación yihadista antes de 2018. Más de 200.000 personas han tenido que desplazarse forzosamente de la ciudad debido a los combates entre las fuerzas iraquíes y los yihadistas, iniciados el pasado mes de octubre.

En Siria, la otra pata sobre la que basa su "califato" el Estado Islámico, la situación militar continúa degradándose y pone en riesgo la tregua observada desde diciembre con mediación de Rusia, Turquía e Irán. El Ejército se ha hecho con el control de la localidad de Kawkab en un intento de repeler la masiva ofensiva lanzada esta semana por los insurgentes, que el viernes se hicieron con el control de una decena de localidades cerca de Hama.