Bruselas, epicentro del terror hace un año, conmemoró ayer uno de los peores momentos de su historia: el del doble atentado que el 23 de marzo de 2016 segó la vida de 32 personas y dejó heridas a más de 300 en el aeropuerto de Zaventem y la estación de metro bruselense de Maelbeek, en pleno barrio de las instituciones europeas.

"Nadie puede pretender comprender completamente el sufrimiento que viven ustedes", dijo el Rey Felipe en esa parada del suburbano donde perdieron la vida 16 personas. Pero "queremos escuchar vuestro dolor".

Bajo estrictas medidas de seguridad -un año después, el Ejército aún sigue patrullando las calles de Bruselas-, los homenajes comenzaron a primera hora en Zaventem. Allí se dieron cita familiares de víctimas y muchos de los heridos . Fue la primera parada de la jornada para los reyes Felipe y Matilde y el primer ministro, Charles Michel.

A las 07.58 horas, la misma hora en la que dos kamikazes activaron sus chalecos explosivos, los asistentes guardaron un minuto de silencio, al que siguieron los testimonios de varias víctimas, desbordadas por los dolorosos recuerdos.

"Un año después, podemos decir que hemos superado esta tragedia que, no obstante, permanecerá en el corazón de todos los trabajadores del aeropuerto", comentó a " la portavoz del aeródromo, Florence Muls.